Franklin Caicedo es uno de los cuidadores de la laguna y el bosque de Cube. Fotos: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
Un grupo de familias afrodescendientes se encargan de proteger la laguna de Cube, que tiene una extensión de 112,67 hectáreas. Este ecosistema está ubicado dentro la Reserva Mache – Chindul, en Quinindé, Esmeraldas. Ahí se preservan 61 especies de flora. De estas, dos son flotantes y viven en la laguna como la lechuga de agua. También hay 20 especies de herbáceas, 15 arbustivas y 24 especies arbóreas de menos de 13 metros.
En este mismo lugar, además, se encuentran reptiles, anfibios y mamíferos como los murciélagos, que viven en unas cuevas dentro del bosque Cube. También hay más de 10 especies de aves migratorias y endémicas. Los nativos del lugar incluso les han colocado apodos a los patos, los cuales viven en el humedal.
Franklin Caicedo es parte de la comunidad de Cube y presidente de la Asociación ecoturística Laguna de Cube.
Él señala que alrededor de 26 familias se unieron a la asociación para cuidar a la laguna que estaba siendo víctima de la deforestación de árboles. Esto ocasionaba que los animales empezaran a migrar de Cube para protegerse en otros bosques de la zona.
Asimismo debían preservar las especies acuáticas, que hay en esta zona al sur de la provincia de Esmeraldas.
Según Caicedo, Cube es un ecosistema lacustre, es decir, que su sistema de agua es estable y evoluciona lentamente. Tiene una amplia zona de pantanos y una zona inundada con agua cristalina. “Nosotros nos hemos preparado para entender cómo es este ecosistema y cómo cuidarlo”, cuenta.
Según la Junta Parroquial de Cube, el bosque y el humedal ocupan el 44,49% del territorio parroquial. Otro 15% del territorio se destinó al sembrío de pasto para el ganado vacuno y también es utilizado para labores agrícolas con cultivos de ciclos cortos para la alimentación diaria de la población.
En esta zona también se cultiva plátano, cacao y arroz. Para no dañar el ecosistema, los agricultores no utilizan químicos y solo producen lo suficiente para el consumo de cuatro comunidades, que conforman Cube y para vender en los mercados de Quinindé.
En la zona montañosa hay un bosque primario donde se observan tortugas pequeñas (cacharapa), que han sido estudiadas por científicos que visitan la reserva Mache – Chindul.
También hay pequeñas familias de monos araña, que viven en los frondosos árboles. Los guías afirman que su aullido se puede escuchar a dos kilómetros a la redonda, especialmente en la madrugada.
Los comuneros que pertenecen a la asociación organizan paseos turísticos por esos senderos y cavernas subterráneas.
En el área protegida también se encuentran más de 50 plantas exóticas como el salac, que es una especie de palma que contiene un fruto.
En el humedal hay dos hábitats que son importantes para el ecosistema de la reserva.
En el agua abierta profunda, ubicada en el centro y en la parte occidental de la laguna, convive una especie de caimán conocida como de anteojos (Caiman crocodylus), el murciélago pescador (Noctilio leporinus) y aves acuáticas.
En el pantano, ubicado en la parte oriental del humedal y en la periferia, se observa abundante vegetación semiacuática que favorece la reproducción y anidación de aves acuáticas, la mayoría migratorias.
En esa zona también hay aves endémicas que son cuidadas por los comuneros.
Trabajo: Se dedican a la agricultura y a la agricultura. También incursionan en el turismo.
Clima: La temperatura media anual es de 25 grados Celsius. La precipitación anual fluctúa en 2000 mm.
Población: Cube está ubicado a 25 km de Quinindé. Está conformado por cinco comunidades.
Etnia: En el sector de la reserva viven alrededor de 200 afrodescendientes, que ayudan a preservar el bosque.