La expansión de la minería ilegal en la cuenca hidrográfica del río Punino, en la Amazonía ecuatoriana, no para. El impacto se observa en áreas protegidas y territorios indígenas.
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El reciente informe del proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), en el primer semestre de 2024, la deforestación por la minería ilegal aumentó en 420 hectáreas. Esto eleva el impacto total a 1 422 hectáreas, desde el inicio de la explotación minera ilícita en 2019.
Entre noviembre 2019 y noviembre 2021, el área deforestada por esta actividad alcanzó las 32 hectáreas. Desde entonces, la minería ilegal no se detiene. Las últimas 420 hectáreas detectadas, entre diciembre 2023 y junio del 2024 es la cantidad más alta de los últimos cinco años de monitoreo.
Esta expansión minera llevó a la deforestación a un área equivalente a más de 2 mil canchas de fútbol profesional. El mapa base muestra que el 90% de la deforestación está fuera de zonas con autorización. Esto sugeriría una alta probabilidad de actividad ilegal.
Invasión en dos áreas protegidas
El impacto se extiende, de acuerdo con este reporte, a más allá de los límites legales. Ya alcanza dos áreas protegidas: Parque Nacional Sumaco-Napo Galeras y el área de conservación municipal El Chaco.
En el caso del parque, la invasión es de 0,32 hectáreas y en la otra zona de 144 hectáreas.
Este parque es el hogar del jaguar, el puma, el tigrillo, el tapir o danta, el cabeza de mate, el perezoso y la guangana. Entre los árboles más representativas están el cedro, el colorado, el porotillo y el copal, según el Ministerio del Ambiente.
Esta incursión en áreas protegidas pone en riesgo la biodiversidad y los ecosistemas críticos que estas reservas están diseñadas para proteger. Así lo determina el reporte 219 de Conservación Amazónica y Ecociencia.
La comunidad indígena kichwa es la más afectada
La minería ilegal afectando directamente a los territorios indígenas de la nacionalidad Kichwa. Esto es preocupante por el profundo vínculo cultural y espiritual de los kichwa con sus tierras.
Las imágenes satelitales muestran la expansión de la deforestación minera en 300 hectáreas correspondientes a los territorios indígenas kichwa, en la zona Punino.
La deforestación y la contaminación de los recursos hídricos altera su modo de vida y no deja de poner en peligro su acceso a agua limpia.
Los cuatro sistemas hídricos impactados por la actividad minera incluyen la cuenca del río Punino y las cuencas del río Sardinas, río Lumucha y río Supayacu, todos ellos componentes del macrosistema hídrico del río Coca. La contaminación y el deterioro de estos sistemas hídricos tienen el potencial de afectar a miles de personas y ecosistemas en la región.
Este informe destaca la urgente necesidad de una intervención efectiva para frenar la minería ilegal y proteger las áreas afectadas. Además, de garantizar el respeto al hábitat indígena.
La Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales no Renovables (Arcernnr) ha realizado inspecciones técnico administrativas en el sector de Punino, en la provincia de Orellana. Pero pese a esto, la actividad se mantiene y sigue creciendo.
Las FF.AA. también apoyan en los operativos a esta entidad y a la Policía. Pero las acciones no van más allá de incautaciones de excavadores, derivados de diésel, generadores de luz, bombas de agua. Estos recursos se utilizan generalmente para la explotación de oro aluvial.