El 98 % de los residuos naturales (cáscaras, huesos y frutas maduras) pueden utilizarse en preparar nuevos platos. Foto: Freepik
Dos son los objetivos principales del ‘trash cooking’, una tendencia gastronómica que se fortalece en hogares y restaurantes.
Primero, tomar conciencia sobre el desperdicio de alimentos y sobrantes de las comidas que se preparan a diario y segundo, preservar la economía y ahorro del hogar.
Sopas, salsas, cremas, postres, batidos y más son algunas de las recomendaciones de Carolina Guadalupe, quien, por experiencia propia, afirma que esta técnica no consiste en cocinar con los desperdicios o desechos de los alimentos sino más bien aprovechar los sobrantes y no botarlos.
Para ello hay que tomar en cuenta las diferentes maneras que hay de separar y ordenar los ingredientes reutilizables, con el fin de preservarlos.
La clave es colocar en refrigeración una vez que ya no se vaya a ingerir, es decir, cuando se enfrían. No deben estar ni calientes ni tibios ya que al introducirlos en la nevera se produce un choque térmico, lo que los descompone de inmediato.
Las bolsas herméticas y los recipientes de plástico o vidrio son los recomendados para conservarlos, pero lo más importante es colocar la fecha en la que se guarda el alimento, ya que en refrigeración se conservan de tres a cuatro días.
Si desea que duren más hay que congelarlos, pero sin romper la cadena de frío, es decir, no descongelarlos hasta que se vayan a usar definitivamente.
Para poner en práctica y fortalecer esta técnica en casa, atreverse a experimentar y jugar con los ingredientes es fundamental. Por ejemplo, los tallos y raíces suelen terminan en la basura. Sin embargo, Guadalupe recomienda licuarlos, batirlos, o triturarlos, agregar especias al gusto y convertirlos en salsas ideales para pastas carnes u otras recetas.
Algunas cáscaras de fruta, en cambio, pueden saborizar, aromatizar y otorgar textura a la masa de un pastel o ser colocadas en jugos y batidos.
De su parte, los excedentes de arroz y carnes de la cena anterior pueden transformarse en un arroz relleno con vegetales, mismos que también se utilizan para dar sabor y principalmente una composición saludable a sopas y cremas mediante el hervor.
Incluso cuando se pensaba que ya no se ocupará el sobrante del vino que ya fue abierto, se lo puede convertir en vinagreta para ensaladas y carnes.
El chef de la Universidad de las Américas (UDLA), Nicolás Rodríguez, también recomienda tomar en cuenta que los productos “no siempre son perfectos”, es decir, que un tomate no tenga su forma redonda no significa que esté dañado, más bien es una verdura real y sin químicos que lo hacen ver “más grande y lindo”.
“Un pequeño golpe o una malformación no son razón para desechar el alimento, más bien hay que utilizarlo en recetas creativas”, concluye.
Cáscaras
Al pelar la fruta, se puede aprovechar su corteza colocándola en batidos e incluso masas de pasteles o tartas.
Raíces
Son ideales para complementar una ensalada o una sopa, además, contienen gran cantidad de fibra.
Pasteles
En la masa de estos postres se puede introducir los excedentes de fruta, ya sea trituradas o en jugos.
Comida
Los excedentes pueden ser utilizados en otros platillos o para recalentarlos. Deben ser refrigerados.
Tallos
Estas hierbas llenas de vitaminas se pueden convertir en salsas, para esparcirlas sobre pastas o carnes.
Verduras
Conservar las mitades de verduras que no se utiliza en un momento ayuda a economizar una nueva compra.
Bolsas herméticas
Sobre las bolsas, con un marcador se debe colocar la fecha en que se guarda el alimento, para recordar su tiempo límite de consumo.