Los grupos Glbti realizan cada año su desfile por el reconocimiento de sus derechos. Foto: Archivo
La detención de un hombre que agredió a un grupo de GLBTI el pasado 15 de septiembre en Guayaquil despierta algunos cuestionamientos sobre la discriminación.
José G. fue sentenciado a 15 días dentro del Centro de Detención Provisional. Además, deberá cumplir 15 días más de tratamiento psicológico y el ofrecimiento de disculpas públicas a las afectadas. El Comité Permanente de Defensa de Derechos Humanos (CDH) emitió un comunicado la semana pasada donde enuncia sus preocupaciones a raíz de este hecho. “Nos convoca a reflexionar sobre principios de convivencia y ejercicios de derechos humanos, más allá de avances normativos”.
Para la psicoanalista Jéssica Jara, la terapia psicológica no es una solución totalmente eficaz, ya que es impuesta como castigo. Para que funcione, debe partir de la propia persona, menciona. “Cuando uno ha identificado el conflicto, un especialista puede intervenir para tratar de conocer las causas de este”. Sin embargo, considera que en estos casos lo mejor son las medidas civiles.
Este hecho no es aislado. Por un lado, comenzó a registrarse la unión de hecho GLBTI como estado civil en la cédula de identidad pero, por otro, la discriminación hacia este grupo se mantiene. La investigación sobre condiciones de vida, inclusión social, y derechos humanos de la población GLBTI en Ecuador, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), concluye que la discriminación se da tanto en espacios públicos como en los propios hogares.
Del total de la población GLBTI entrevistada para este estudio, el 70,9% reportó haber vivido alguna experiencia de discriminación en su entorno familiar, como control, imposición, rechazo y violencia.
Entre las formas de rechazo, la investigación señala que algunos de los encuestados declaran haber sido encerrados en un centro religioso. Otros fueron obligados a cambiar de domicilio o de país, fueron excluidos de eventos religiosos, les fueron negados los recursos para su educación, fueron excluidos de reuniones familiares, o expulsados de sus casas.
Las casos de violencia son igual de preocupantes. Por su condición sexual, algunos fueron sometidos a experiencias traumáticas como mantener relaciones sexuales obligadas, sufrir daño o apropiación de sus pertenencias, y ser expuesto a golpes u otras agresiones físicas. Otra manifestación de violencia, y la más común entre los encuestados, es la de haber recibido gritos, insultos, amenazas y burlas.
El acceso a la justicia también ha sido dominado por la discriminación para esta comunidad. En el informe Acceso a la Justicia y derechos de los GLBTI en Ecuador 2010-2013, elaborado por la Asociación Silueta X, se da una idea de cómo era este panorama.
El documento dice que “una persona Glbti se enfrenta a un sistema que se encuentra influenciado por distintas concepciones, que no le permiten el ejercicio real y el respeto de los derechos humanos”.
Aunque la inscripción de la unión de hecho entre parejas del mismo sexo podría considerarse un logro, la lucha continúa para este grupo.