Ecuador tuvo una media de 130 casos anuales de leptospirosis en 5 años

Las inundaciones elevan el potencial epidémico de la leptospirosis. En Durán, el agua empozada eleva el riesgo. Este es el cantón con más reportes en el brote actual. Enrique Pesantes / EL COMERCIO
El brote de leptospirosis en Ecuador suma 65 casos en este 2023. La enfermedad no es nueva; registra 130 casos en promedio anual, pero este es el mayor reporte dentro del primer trimestre en los últimos cinco años. Su detección a tiempo es vital para evitar riesgos.
Hugo Armendáriz es el responsable de la Gestión de Vigilancia de la Salud en la zona 8, donde se concentra la mayor cantidad de reportes de leptospirosis. Solo entre Durán y Guayaquil (Guayas) se acumulan 33 diagnósticos.
Estos casos, en su mayoría, han recibido atención en centros de salud. Sin embargo, cuando los pacientes pasan más de dos semanas sin recibir tratamiento, las consecuencias pueden ser letales.
“Si no se busca atención médica de inmediato habrá complicaciones como la enfermedad de Weil -explica Armendáriz-. Es una hepatopatía (problemas con el hígado), que demanda atención en cuidados intensivos”.
En Ecuador una mujer falleció por leptospirosis en Santo Domingo, a inicios de esta semana.
La bacteria leptospira es el origen
La bacteria leptospira es la causante de la enfermedad. Se encuentra, principalmente, en la orina de roedores contaminados -no todos son portadores-; también puede infectar a perros, gatos y animales de granja.
Este microorganismo ingresar a través de lesiones en la piel o por las mucosas (boca y ojos). Hay reportes por la ingesta de alimentos contaminados, pero en menor medida.
La fase de incubación puede durar dos semanas y luego aparecen los primeros síntomas: fiebre sostenida, dolores musculares -especialmente en las pantorrillas-, dolor de cabeza, malestar general.
El cuadro inicial es similar al de otras infecciones virales de la época lluviosa, como el dengue. Pero entre los signos más específicos aparecen los problemas gastrointestinales, en enrojecimiento de las mucosas y el tono amarillo de la piel o ictericia.
“Al ser una enfermedad bacteriana hay un tratamiento con antibióticos”. El diagnóstico incluye un hemocultivo dentro de los primeros siete días de síntomas y un análisis inmunológico luego de una semana.
Los microorganismos suelen tener un blanco específico dentro del cuerpo. En el caso de la leptospira es el hígado. Para llegar hasta allí es previamente absorbida por el intestino, luego pasa a los ganglios linfáticos para multiplicarse y, finalmente, ataca al hígado.
En esa acción destruye glóbulos rojos, eleva las bilirrubinas, incluso se almacena en las glándulas renales, causando insuficiencia renal. Esto ocurre en los casos graves.
Lluvias y el riesgo de epidemias
Las calles de Esmeraldas Chiquito, en el sur de Guayaquil, colapsan fácilmente con los fuertes aguaceros. “El agua nos llega a la pantorrillas. Todo se mezcla con la basura de las esquinas”, cuanta Ariana Vera, quien vive cerca a una vía secundaria.
Este es uno de los sectores donde se reportó un caso de leptospirosis en las últimas semanas. La estrategia del Ministerio de Salud ante estas alarmas es emplear químicos para el control de roedores dentro de las casas, en lugares secos. Son cápsulas que pierden su acción si entran en contacto con el agua. Este control se coordina con los municipios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte el potencial epidémico de esta enfermedad. El riesgo se presenta, principalmente, después de lluvias fuertes o inundaciones severas.
El brote actual en Ecuador está relacionado con la intensa estación lluviosa. Solo en las primeras 10 semanas epidemiológicas, el país registra el doble de casos de leptospirosis que en años previos.
Para Francisco Plaza, expresidente del Consejo Médico Andino, parte de la responsabilidad de este brote es de los gobiernos autónomos descentralizados, por la falta de servicios básicos.
“Si trabajaran en proveer agua potable, alcantarillado, una recolección técnica de los desechos y el control de plagas, este tipo de enfermedades no tendrían impacto -asegura-. El rebrote se debe al exceso de lluvias y la falta de desratización”.
La prevención

La mala disposición de los desechos causa la proliferación de roedores, que son los principales vectores de la bacteria leptospira. Enrique Pesantes / EL COMERCIO
La acumulación de agua luego de las lluvias es un posible foco infeccioso. Estas pozas, populares en los barrios, suelen atraer a niños y adolescentes como si fueran piscinas. Pero con la alerta epidemiológica por leptospirosis es preferible evitarlas.
Ese es uno de los consejos que da Plaza para frenar la posibilidad de contagio. “Si se tiene contacto con esta agua hay que lavarse inmediatamente. Es importante el lavado de manos con abundante agua y jabón”.
El especialista también aconseja lavar los alimentos enlatados, ya que durante su almacenamiento pudieron estar expuestos a la orina de roedores. Además, lavar las frutas y legumbres que se adquiere en mercados por su probable exposición a aguas contaminadas con la bacteria leptospira.
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