El sistema educativo ecuatoriano afronta cambios y desafíos importantes que requieren acciones inmediatas, eficaces y estratégicas.
El período lluvioso ha dejado-según la Secretaría de Gestión de Riesgos– 903 unidades con daño funcional y otras 283 con líos estructurales.
Estas 1 186 infraestructuras demandan pronta intervención. Esto para evitar su agravamiento con la posible llegada del Fenómeno de El Niño.
Como parte de las evaluaciones del Ministerio de Educación se conoció que 1 500 instituciones son vulnerables al Niño.
Esta infraestructura, además, es la que sirve de albergue o de acogimiento temporal para damnificados.
Esto presiona a tomar medidas y tener planes expeditos para garantizar la continuidad de las clases con los gobiernos locales.
El reto es doble, pues el año lectivo está en curso en el Litoral y en la Sierra-Amazonía comenzará, a partir del 22 de agosto del 2023.
Si las contingencias por El Niño se agravan es de esperar que los estudios se trasladen a las casas. Pero hay que evitar lo ocurrido en la pandemia.
Desconexión por la falta de servicio de internet, sobre todo en zonas rurales, deserción y abandono escolar. Esto último por múltiples causas asociadas directa o indirectamente al evento climático.
El otro reto es impedir que los vacíos académicos que dejó la emergencia sanitaria se agranden.
Para esto tanto la autoridad como los docentes y padres deberán ser estratégicos. El fin es no permitir que el rezago-que ya existe- en matemáticas, lectura, ciencias empeore.
Asimismo hay cambios, determinados por la Ley de Educación Intercultural, que también se pondrán a prueba en la Sierra-Amazonía.
1,8 millones de estudiantes volverán- tras una década- al esquema de trimestres con evaluaciones continúas y un supletorio.
Los exámenes remediales y de gracia se acabaron, por lo que los resultados del proceso enseñanza-aprendizaje se verán en el 2024. En el caso del régimen Costa se verán los frutos en febrero.
Junto con esto se prevé que para fines de este 2023 esté listo el nuevo currículo educativo.
Estas transformaciones y desafíos en el sistema educativo, principalmente, fiscal coinciden con la entrada de un nuevo Gobierno.
Se espera que bajo este panorama, las autoridades entrantes estén a la altura para manejar estos procesos de forma técnica y se garantice el derecho a estudiar con calidad a niños y adolescentes.
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