Ecuador cuenta con una legión de futbolistas que se han convertido en ídolos de niños, jóvenes y adultos.
Énner Valencia, Moisés Caicedo, Pervis Estupiñán, Jeremy Sarmiento, Ángelo Preciado… han ido construyendo una historia positiva en esta vibrante y masiva actividad.
Esa generación de futbolistas son ejemplo de esfuerzo y perseverancia para llegar a la élite mundial.
Uno de los más exitosos es Énner Valencia, quien terminó como el goleador de la Liga de Turquía, algo inusual para los ecuatorianos que migran a jugar a otros países.
La campaña del ‘Superman’ Valencia lo llevó al fútbol brasileño, desde el segundo semestre. Ahora jugará en el Internacional de Porto Alegre.
A Énner se agrega el mediocampista Moisés Caicedo, que con sus 21 años, deslumbró en el Brighton de Inglaterra.
El rendimiento de Caicedo, en esta temporada, generó que sea pretendido por otros clubes de la Premier League, por lo que probablemente sea transferido en una cifra histórica.
El éxito de los futbolistas ecuatorianos resalta aún más con lo que también hizo Pervis Estupiñán en el Brighton. Allí fue clave. Fue elegido como el mejor de la Premier en su puesto. Eso no es de todos los días. Es una designación de la que hay que sentirse orgulloso.
El fútbol ecuatoriano atraviesa un buen momento a escala de clubes. Una muestra es lo que ha hecho Independiente del Valle, en el primer semestre. Fue campeón de la Supercopa de Ecuador, de la Recopa Sudamericana, ganó la primera etapa de la LigaPro, clasificó a la Libertadores 2024 y está entre los 16 mejores del continente.
Esos hechos positivos que genera el deporte hay que cuidarlos, replicarlos en la sociedad, dárselos a conocer a los miles de niños y adolescentes.
El Estado carece de políticas de desarrollo deportivo, por lo que hay que encontrar propuestas e incorporarlas en los barrios considerados violentos del Ecuador.
El fútbol, el boxeo, el baloncesto o cualquier actividad recreativa pudieran ser las puertas de acceso para mejorar la calidad de vida y atenuar ese crecimiento violento que existe en los sectores periféricos del Ecuador.
Hay que seguir buscando respuestas del Estado y de las organizaciones privadas. Es necesario que se unan para beneficio de la niñez y la adolescencia. Aún hay tiempo.
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