Una de las culatas de las tres edificaciones muestra el respeto por la edificaciones en el proceso de restauración. Fotos: www.rosewoodhotels.com
Enclavado en el centro histórico de la emblemática ciudad mexicana de Puebla y rodeado por imponentes volcanes, abrió sus puertas la cuarta propiedad en México de Rosewood Hotels & Resorts, Rosewood Puebla.
La volumetría de este emprendimiento turístico refleja en su interior cuatro siglos de cultura. Estos son la inspiración para ofrecer a sus huéspedes enriquecedoras experiencias en un entorno de lujosos espacios que conservan la esencia de su origen.
Según una nota de Globalika Comunicación, luego de casi tres años de haber dado inicio a las trabajos de construcción y restauración, Rosewood Puebla está listo para recibir a sus primeros huéspedes con 78 habitaciones y suites, cuatro restaurantes y bares que ofrecen muchas opciones gastronómicas.
Los famosos Lavaderos de Almoloya cambiaron de función y se transformaron en un bar abierto para todos.
El equipamiento se completa con el Rosewood Spa, que posee una piscina en la terraza con vistas panorámicas de la ciudad, un gimnasio, instalaciones para eventos.
Fusionando pasado y presente, Rosewood Puebla está conformado por un conjunto de vestigios arquitectónicos del barrio de San Francisco que incluyen tres edificios de antaño, así como la Capilla del Cirineo construida en el siglo XVIII y los icónicos Lavaderos de Almoloya, elementos que tras una minuciosa y respetuosa restauración hoy dan lugar al hotel, según el portal Plataforma Arquitectura.
Los interiores respetan la tipología original y se completan con un mobiliario contemporáneo muy elegante.
La edificación del Rosewood Puebla está inspirada en la arquitectura poblana de tonos barrocos e incluye los más distintivos símbolos de su historia y tradiciones como talavera con diseños creados en exclusiva para el hotel, piedra, herrería, cobre y maderas antiguas, combinados con matices contemporáneos que crean un entorno elegante y confortable a la vez.
Cada una de sus 78 lujosas habitaciones y suites ofrecen fascinantes vistas al centro de la ciudad o de los jardines del hotel, los cuales están cubiertos del color violeta de los árboles de jacarandá.
La vista panorámica muestra el ingreso principal del hotel y la placita aledaña.
Las alcobas están equipadas con fino mobiliario de madera y piel, pantallas planas inteligentes, baños con tina y duchas de lluvia, cafetera Nespresso e internet inalámbrico de alta velocidad.
El bar Los Lavaderos se convertirá en el punto de encuentro de locales y visitantes, pues ofrece un íntimo espacio que mezcla la historia de este rincón del siglo XIX con la contemporaneidad de un moderno bar.