La variedad de motivos y policromías es una característica de estos tejidos con técnica ancestral. Foto: Diego Pallero/El Comercio
En la fábrica artesanal de alfombras La Guaneñita, situada en el centro de Guano, en Chimborazo, las opciones de diseño son ilimitadas.
Segundo Colcha y su familia pueden convertir cualquier imagen, logotipo o patrón en una obra de arte para decorar pisos, pies de cama y paredes.
Las alfombras se tejen con hilos de lana de borrego en telares de madera. Los artesanos forman los dibujos en la tapicería anudando firmemente las fibras de lana, por eso las alfombras tienen un acabado fino y duradero.
“La gente, incluso, las incluye en sus testamentos para dejarlas como herencia, nunca se dañan”, afirma Colcha, propietario del negocio. “A diferencia de las alfombras hechas con materiales sintéticos, las de lana de borrego no se desgastan fácilmente”.
La consistencia de las fibras de lana es intrincada. Además, en caso de contacto con el fuego los hilos se derriten y no se encienden, por lo que son más seguras en caso de incendios.
Pero una de las cualidades más importantes de los tapices, que cuestan en promedio USD 100 m², es que incluso se puede modificar el color si se desea rediseñar un ambiente. Tras un lavado químico, la alfombra puede volver a tinturarse sin perder su labrado original.
Los clientes pueden personalizar una alfombra con cualquier imagen, texto o logotipo. Colcha y su familia la entregan entre siete y 15 días después, dependiendo del tamaño y de la complejidad del diseño.
Pero la especialidad del local son los diseños que representan los elementos de la identidad cultural de Chimborazo. “Antes los hilos de borrego los hilaban a mano las mujeres indígenas de las comunidades. Eso nos inspiró a hacer diseños, que representen nuestra identidad”, afirma Laura Colcha, administradora.
La representación de tres venados con grandes cornamentas que corren libres por los páramos andinos es la alfombra insigne del negocio y la que tiene más demanda. Ese diseño representa a uno de los animales sagrados según la cosmovisión andina y fue premiado por la Unesco en el 2011.