Desde el miércoles 22 de febrero o Miércoles de Ceniza se inició la Cuaresma cristiana, que es un período de 40 días previo al Domingo de Resurrección.
Esencialmente, la Cuaresma y la Semana Santa son un momento en el que la Iglesia exhorta a sus fieles a purificarse para reconciliarse con su fe, con ellos mismos y con los demás. Para ello se proponen dos prácticas clave: el ayuno y la abstinencia.
Así también la prohibición de comer carne roja que se estableció en el siglo II y varias familias lo aplican durante el Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo y todos los viernes del periodo de Cuaresma hasta que llega la Semana Mayor.
En palabras del Papa Francisco, ésta representa un “tiempo favorable para volver a lo esencial, para despojarnos de lo que nos pesa, y para reconciliarnos con Dios”. También es una etapa en la que la Iglesia invita a sus fieles a purificarse para reconciliarse con su fe y con ellos mismos. Su práctica data del siglo IV, cuando se da la tendencia para constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia.
La duración de la Cuaresma
La Cuaresma se inicia el Miércoles de Ceniza y termina, específicamente, antes del Jueves Santo, es decir, del 6 de abril de 2023.
Su duración está basada en el símbolo del número 40 en la Biblia. En el texto sagrado se habla de los 40 días del diluvio, los 40 años de la marcha del pueblo judío por el desierto, los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, los 40 días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública y los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
Asimismo, en la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la Tierra, que presenta pruebas y dificultades.
¿Qué significado la Cuaresma para el cristianismo?
Según explica la Agencia Informativa Cristiana (AIC), la Cuaresma tiene en su trasfondo espiritual la imagen bíblica del desierto. Por un lado, representa la experiencia del pueblo de Israel después de la celebrada salida de Egipto y, por otro, el ayuno y oración de Jesús en el desierto, que finalizó con su victoria sobre las tentaciones de Satanás.
Se trata de dos experiencias que inspiran el camino cuaresmal, un tiempo en el que los fieles están llamados a retomar la alianza bautismal y a crecer en la fidelidad a la palabra de Dios.
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