Pese a que los pasillos son largos y angostos, la estructura tiene ambientes amplios y alegres, generados con colores vivos. Fotos:www.divisare.com
Un centro sociocultural es la representación del espíritu de iniciativa y solidaridad. Este concepto se refleja en el edificio diseñado por el estudio de Paul le Quernec, en la ciudad francesa de Mulhouse.
Según el portal www.archidesignclub.com/es, en este lugar se levantó ‘Origami’, un Centro Socio-Cultural situado en el centro de un problemático barrio de clase trabajadora. El objetivo fue desarrollar un proyecto para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de ese sector.
El plan se enfoca en dos frentes: en el ámbito privado se relaciona con la demolición, reconstrucción o reestructuración de los proyectos de vivienda. En temas de interés público, en cambio, la idea es construir o reconstruir edificios públicos, como en este caso.
La superficie destinada al Centro Cultural es pequeña (1 250 m²). Según la web www.plataformaarquitectura.cl, el concepto de diseño fue no distorsionar la nueva estructura urbana, formada por los elementos proyectados: departamentos, plaza, parque, zona de juegos infantiles…
Al acercarse al lugar, el sitio www.designboom.com asegura que el visitante se siente atraído por un punto de acceso que es de color magenta vibrante, que sobrepasa la altura del primer piso.
La planta baja se compone de dos partes que pueden trabajar juntas o por separado. Ambas están, clara y cuidadosamente, alineadas una con la otra y con los bordes del terreno. A medida que suben al siguiente piso, se escapan de los límites del terreno y se ‘tuercen’ hacia el parque.
Esto produce volúmenes y crea el efecto de ‘avanzar’, explica la página www.catalogodiseno.com. El diseño interior usa los mismos principios.
Un pequeño vestidor, escritorio y oficina fueron añadidos para que el espacio pueda servir como centro comunitario. Las diferentes entidades en el edificio operan simultáneamente, pero por separado. En la primera planta, el público en general puede acceder a una terraza protegida de las miradas externas por una reja monumental, que ofrece vistas al parque o la plaza.
Esto significa que las clases de cocina o, incluso, reuniones o sesiones de entrenamiento se pueden hacer en el exterior cuando hay buen tiempo. En el verano es una buena opción.
El arquitecto francés Le Quernec tuvo especial cuidado en ayudar a los visitantes a encontrar su camino en cada parte del edificio.
Ventanas y aberturas cuadradas en las paredes acristaladas de la fachada proporcionan puntos de referencia, tanto dentro como fuera del edificio.
Esas hendiduras también generan una iluminación de alta calidad en toda la estructura, lo que garantiza comodidad y un ambiente de calidez entre los visitantes y usuarios. La atmósfera del lugar es abierta, pese a que tiene pasillos largos y angostos.