Foto referencial. El exceso de agua ocasiona que las raíces de la planta no absorban de forma adecuada los nutrientes. Se puede presentar hongos y amarillamiento en las hojas. Foto: Pixabay
Para que una planta permanezca saludable es clave un buen sustrato, abono y el riego adecuado. Aunque el agua supone el mayor alimento de la vegetación, un exceso de agua de esta puede estropearla.
¿Cómo es posible que el exceso de agua dañe las plantas? Las raíces necesitan respirar. Cuando se riega de más, la mata no puede intercambiar gases correctamente, tampoco puede absorber nutrientes y se genera una asfixia radicular.
Ximena Buenaño, especialista del proyecto Jardines en Todas Partes, explica que primero hay que saber cómo identificar si la planta está sufriendo por exceso de agua ya que hay señales que se pueden confundir con marchitamiento o falta de agua.
Por lo general, la vegetación con este problema suele lucir marchita, tiene las hojas amarillas o las flores y hojas se desprenden y lucen podridas. Además, al tacto, la tierra está mojada y no húmeda.
Este problema es común en personas que inician en el mundo de la jardinería, pues se cree que la planta debe ser regada constantemente. Buenaño aconseja partir de conocer el tipo de planta que se tiene y con ello las necesidades hídricas, de luz y de sombra de la especie.
Conociendo qué cantidad de agua necesita, si requiere exposición solar directa o no, podrá programar el riego y la cantidad adecuada de agua. Un consejo es realizar el riego en pequeñas cantidades en cortos periodos de tiempo, en lugar de hacer un riego de gran cantidad de líquido en un solo día, por ejemplo. Sin embargo, la especialista insiste en que esto depende de muchos factores, además de conocer las necesidades de la planta. Entra en juego también el clima y la ubicación.
Si está ubicada al interior entonces necesitará una cantidad diferente de agua a la que si estuviera en el exterior. Asimismo, si se está en una época lluviosa y la planta está afuera no se debe regar pues con el agua lluvia será suficiente.
Es fundamental la observación. La especialista sostiene que es la única herramienta que permitirá conocer la planta y sus necesidades. El sustrato siempre debe permanecer húmedo, nunca debe estar mojado ni seco.
¿Cómo recuperar la planta con exceso de agua?
Si tras observar identificó que su planta está con exceso de agua, primero se aconseja suspender todo tipo de riego. Luego, con la ayuda de una pala pequeña de jardinería debe remover el sustrato (tierra) para oxigenar las raíces. Deje la planta en un lugar que reciba luz solar y observe cómo continúa el resto de los días, si la tierra se seca demasiado añada un poco de agua hasta humedecer.
Si el problema es severo, Buenaño recomienda hacer un trasplante de la planta. Primero deberá retirar las hojas y flores podridas y luego con cuidado remover la planta de la maceta. Observe las raíces porque son las principales afectadas por el exceso de agua.
Si las raíces están blancas, están sanas. Si, por el contrario, tiene raíces negras o que han comenzado a pudrirse, lo mejor es podarlas. De esta forma, estará saneando antes de volver a plantar. También puede dejar secar la planta al aire libre. Lo ideal es que esté un periodo breve de tiempo secando. Bastará con tenerla al aire entre 12 horas o, si está muy empapada, un día.
Después de ese proceso puede volver a sembrar, para ello, se aconseja utilizar un fungicida para las raíces y evitar que los posibles hongos que se crearon por el exceso de humedad se proliferen.
Tampoco es recomendable agregar abono ya que las raíces están débiles y se pueden quemar.
Lo mejor es esperar un tiempo hasta que la planta se recupere y luego añadir el abono o compost de preferencia. Riegue la planta solo lo necesario, hasta humedecer el sustrato.