Shenzhen abre su Bienal de Arquitectura en un viejo silo

Parte de las 4,3 ha de una exfábrica de vidrio se cambió en salas de exposiciones.

La Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Shenzhen, China, transforma una fábrica de vidrio abandonada en un mundo de maravillas. Fue inaugurada a principios de años y permanecerá abierta hasta el 28 de febrero.
"Es un lugar fantástico para evaluar la posición del país en el mundo", dice Ole Bouman, el curador holandés de la exposición de la quinta edición.
Después de permanecer abandonado los últimos cuatro años, el complejo fue abierto para la Bienal, en tanto sus enormes salones y sus silos imponentes devinieron en espacios de exposición, recuperados como 'fábrica de valor', explica The Guardian.
Con 4,3 ha de superficie (seis canchas de fútbol americano), la fábrica tiene mucho espacio. Afortunadamente, la decisión fue dejarla en gran parte vacía, dice Clarín de Argentina. Entrar en la sala de máquinas es como ingresar en el Magna Centre de Rotherham o la Sala de Turbinas de la Tate Modern.
Una pasarela elevada, con pasamanos brillantes, rodea un vacío colosal hasta llegar a salas de exposición más pequeñas. Allí, muchas entidades culturales internacionales montaron sus minimuestras. Desde el New Institute de Rotterdam, hasta el MoMA de Nueva York y el Maxxi de Roma.
Y van de lo vagamente interesante hasta lo directamente vergonzoso, ya que a los curadores les costó interpretar el tema poco riguroso de 'frontera urbana' a través de instalaciones interactivas pero muchas veces carentes de significado, dice The Guardian.
Una serie activa de propuestas, del estudio FCHA de Shenzhen, aborda las tensiones fronterizas con Hong Kong como punto de partida para un grupo de nuevos edificios híbridos en la frontera, incluida una escuela para 16 000 niños de la primaria que cruzan diariamente la frontera para recibir educación gratuita en Hong Kong.