Los jardines verticales combinan perfectamente la estética inmobiliaria con el bienestar térmico y ambiental. En ciudades donde la falta de espacio horizontal que se destina a espacios verdes es cada vez más frecuente, los jardines verticales se presentan como una práctica alternativa.
Un jardÃn vertical consiste en tapizar una superficie como muros, fachadas, paredes, techos, etc., con un grupo de plantas que crecen sobre diversas fibras sintéticas y adosadas a bastidores fijos o móviles.
Un prototipo se encuentra en exhibición en el Yaku Museo del Agua, en el centro de Quito. Ahà los helechos, se combinan con otras plantas ornamentales para armonizar un espacio artificial con elementos naturales.
Antes de realizar la instalación, Fernando Salas, gerente comercial de Chova, explica que se realiza un cálculo estructural y un diagnóstico de la resistencia, material, extensión y otras caracterÃsticas de la pared.
Uno de los principales elementos es el sistema de impermeabilización. Esto consiste en cubrir las superficies a trabajar con capas de diversos materiales que varÃan entre láminas asfálticas, PVC, poliéster, losa, entre otros. De esta manera no existe un contacto directo de la vegetación con la pared. Esto permite una mejor ventilación y crea una barrera de vapor para que el agua no se filtre y genere grietas y humedad en las superficies.
Los bastidores generalmente son cajas metálicas de malla electrosoldada. El interior está cubierto con una malla geotextil, que contiene el sustrato orgánico. Entre los materiales están la piedra pómez, aserrÃn y abono orgánico.
El arquitecto Santiago Jácome, explica que las plantas que se utilizan deben ser de preferencia de tipo silvestre, y propias de cada región. Eso facilita la fijación el crecimiento y el mantenimiento del jardÃn. Eugenias, quinceañeras y plataneras son algunas de las especies que se utilizan en Quito.
El sistema funciona con un sistema de riego automático de recirculación de agua impulsado con una bomba sumergible, en la que incluye una solución hidropónica nutritiva.
En el jardÃn instalado sobre una pared de ocho metros de alto en el hotel Boutique Casona de La Ronda , en el Centro Histórico, también crece menta, tomillo y otras plantas aromáticas que imprimen un refrescante aroma en el ambiente.
Carolina Proaño Castro, técnica educativa del Yaku, explica: un jardÃn vertical funciona como un purificador natural de aire, aportan con humedad a la atmósfera, reducen el efecto invernadero. Los jardines verticales también ayudan a reducir el consumo de energÃa.
Salas asegura que la capa vegetal puede reducir el ruido exterior en hasta 16 decibeles y utilizado en interiores mantiene un equilibrio en la temperatura ambiental, reduciendo el uso de termostatos y ventiladores.
En los dÃas más calurosos este sistema puede reducir la temperatura ambiental hasta en cinco grados centÃgrados. AsÃ, los jardines verticales se integran al diseño y decoración de interiores y exteriores de una manera útil y amable con el ambiente. Y son muy estéticos y funcionales.