El deporte, a lo largo de la historia, ha sido un poderoso motivo de unión entre pueblos y culturas. Sin embargo, en el caso del ciclismo ecuatoriano, estamos presenciando una división que quizás no debiera existir.
El dilema por elegir al representante tricolor en París 2024, en la prueba de ruta, está fracturando a la comunidad ciclista.
Por un lado, el campeón olímpico Richard Carapaz, quien tiene todo el derecho de acudir a defender la corona ganada en Tokio 2020, se siente vulnerado y hasta ha arremetido contra la dirigencia deportiva.
Por otro lado, también con todo derecho por su actual momento deportivo, está el campeón nacional Jhonatan Narváez, reciente ganador de la etapa 1 del Giro de Italia.
Al día de hoy, solo uno de los dos acudirá a París 2024.
La revelación del reglamento por parte de la Federación Ecuatoriana de Ciclismo (FEC), en marzo, ha avivado las llamas de esta controversia.
Las bases del reglamento parecen dejar fuera al campeón olímpico Richard Carapaz, desatando su indignación al sentir que le quieren arrebatar su lugar ‘desde un escritorio’.
La respuesta de la dirigencia, al lamentar la falta de comunicación por parte de Carapaz, solo aviva esta discordia.
Esta discrepancia por el cupo olímpico parece que empieza a erosionar también la amistad entre Carapaz y Narváez, dos deportistas que han estado juntos en triunfos y derrotas, y que en Tokio 2020 se fundieron en un conmovedor abrazo tras la victoria de ‘Richie’.
En medio de esta tormenta, el reciente pago del estímulo deportivo por parte del Gobierno llega como un rayo de esperanza para muchos atletas, aunque tarde. Recién en estos días se ha dado paso para el pago correspondiente a enero, febrero y marzo.
Este apoyo financiero es crucial para los deportistas que dependen del Plan del Alto Rendimiento, especialmente cuando enfrentan desafíos logísticos para prepararse y competir contra los mejores del mundo en sus especialidades.
Es fundamental que, en momentos como este, la comunidad deportiva ecuatoriana se una en lugar de dividirse.
La pasión por el deporte y el orgullo de tener ciclistas del más alto nivel deben prevalecer sobre las disputas internas. Solo a través del diálogo, la transparencia y el respeto mutuo podremos construir un futuro donde el ciclismo siga siendo una fuente de inspiración y unidad para los ecuatorianos.