La gerbera es una flor multicromática que, por su versatilidad, está presente en muchos jardines ecuatorianos. La luz también influye en el colorido y tonalidad de las flores, que adquieren su mayor belleza en verano. Sin embargo, una elevada intensidad luminosa daña el color de la flor.
Es una planta difÃcil de cuidar, afirma el jardinero Ramón Duicela. La temperatura del suelo y del ambiente influye en la velocidad de la floración y en la longitud del pedúnculo.
El suelo debe tener mucho fósforo, por lo que se emplearán abonos fosfatados. La gerbera es sensible a los excesos de sales, la concentración no debe pasar de 1 gramo de abono por cada litro de agua. Los sustratos ligeros, profundos y aireados posibilitan un buen desarrollo de las raÃces de la planta. Más en www.inofarjin.com