El estudio, el reducto de la tecnología de punta

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La mayoría de la gente cree que diseñar un estudio es cuestión de adaptar algún espacio ocioso que tiene la vivienda para la función de realizar las tareas escolares y... listo.

Para estas personas, todo se limita a encontrar el mejor lugar para colocar el escritorio, al que se acompaña con algún librero de corte simpático, un mueble modular para acomodar la laptop y alguna lámpara, de pedestal... Y punto.

Nada está más lejos de la realidad, explica el arquitecto Jaime Burbano. El estudio es un cuarto que necesita de un diseño específico, mucho más, por ejemplo, que un dormitorio o un comedor.

¿Las razones? Hay varias, dice Burbano. El estudio es el cuarto más caro de la casa, sin ninguna duda. En él se colocan las computadoras, las impresoras, los libros (que en el país son caros), las pantallas de plasma, el DVD, los proyectores... en fin, todos esos accesorios que saca de la chistera la tecnología y que se vuelven imprescindibles.

Por eso, este ambiente precisa de un diseño definido. Como es el reducto de las innovaciones, tiene que tener un cableado acorde a esa categoría. Debe hacer conexiones suficientes para encender todos esos electrodomésticos creados para aprender.

Por eso, cree Burbano, que el mínimo espacio para un estudio debe tener unos 13 m² de área útil. Un espacio suficiente para que la circulación sea fluida.