Los colores tierra y pasteles se complementan con muebles de corte actual. Foto: Jenny Navarro/ El Comercio.
Renovarse o morir ha dejado de ser una frase cliché para volverse una realidad sin discusión.
Así lo entendió la Mutualista Pichincha, que decidió actualizar algunas de sus agencias existentes en varios puntos del país. La del C. C. El Bosque fue el tubo de ensayo y ha tenido un éxito total, explica Nathalie Cepeda, gerenta del lugar.
Para eso buscaron el asesoramiento y la guía de Rodney Verdezoto, uno de los diseñadores industriales más prestigiosos del medio.
Este, luego del estudio previo de rigor, decidió dar al lugar un giro de 180 grados y volverlo menos formal, más amigable con las personas; en síntesis, transformar 185 m² de frío trato comercial en una experiencia positiva para todas las personas que ingresan allí.
Incluidos los niños que acompañan a sus madres, explica Verdezoto. Para ellos se habilitó un cubículo diseñado a su escala, gustos y colores. Allí, los chicos pueden estar a sus anchas mientras sus progenitores realizan sus gestiones.
Las innovaciones incorporadas por Verdezoto para ‘atraer’ y ‘encantar’ a los clientes de la Mutualista tuvieron dos ejes de diseño: el formal y el psicológico. En el primero, el diseñador se decidió por incorporar formas orgánicas, tanto en sofás como en las mesas y otros muebles. Hasta las oficinas siguen una forma de S, que permite un flujo dinámico y continuo de clientes y empleados.
Los colores se actualizaron. Ahora predominan los tierras, pasteles y verdes, más adecuados para la función del espacio.
El otro eje, en cambio, se potenció con aromas. Para eso se implementó un cafetería donde los visitantes pueden degustar de un café o un chocolate ecuatorianos de primera categoría (Vélez, Pacari).
Así, con un humeante café de por medio, las transacciones salen mejor, explica Cepeda.