La corona o espina de Cristo es una planta muy común en los jardines ecuatorianos, principalmente en los setos, tanto en la Costa como en las zonas templadas.
Posee flores reunidas en pequeños manojos y unas brácteas muy vistosas de tonos naranja, rojo y amarillo.
Según la página www.articulosinfojardin.com, esta especie no tolera el frío si tiene las raíces húmedas, por esa razón hay que cuidar mucho el sustrato, que necesita un buen drenaje para estar seco.
El riego no es ningún problema. Debe ser moderado en el invierno y abundante durante el verano: tres veces por semana, cuando menos.
La espina de Cristo se multiplica por esquejes terminales. Para eso, se utilizan los brotes más viejos, se meten en agua templada y se deja secar.