Las cinco cabañas del Hotel El Auca, en Coca (Orellana), se construyeron para alojar a las personas que quieran conectarse con el ecosistema. El color natural de la madera se realza con un lacado brillante. Entre el abanico de maderas utilizado están chuncho, colorado, balsa, guayacán…
El toque simple, en el acabado, le da un aspecto rústico a las edificaciones, que poseen techos de zinc. Cada una de las cabañas tiene un nombre que alude a los grupos indígenas que habitan en la Amazonía. Incluso las imágenes de ellos se encuentran colgadas en la entrada de cada habitación.
La construcción es una mezcla entre duela y entablado. Aunque la primera predomina y da forma a la cabaña. La segunda se destaca en los pisos del edificio. Las construcciones son de dos plantas y se conforman de cuatro habitaciones de 25 m² aproximadamente.
El interior de las habitaciones no deja de lado el equipamiento urbano casi obligatorio: televisor, teléfono, baño. Aunque se armoniza con las formas rústicas de las camas, clósets, escritorio e, incluso, las lámparas.
El panorama se completa con el entorno selvático del hotel. El visitante que quiera contemplarlo desde su cabaña solo tiene que salir al balcón luego de cruzar una puerta de madera y vidrio.
Frente a las cabañas se alza un follaje que incluye árboles, palmeras, plantas chicas y coloridas. Por las ramas se pasean los pequeños monos capuchinos o descansan en pequeñas chozas donde cuelgan bananas y otras frutas. Los loros también dan colorido.
El Hotel El Auca es uno de los sitios en donde se guarda parte de la historia urbanística de la zona. Su transformación arquitectónica fue de la mano con la llegada de las petroleras. En 1971, las instalaciones del hotel daban servicio a una de las empresas petroleras que llegó al Coca, Texaco.
Telmo Noboa, actual propietario, compró ese campamento y siguió trabajando junto con la compañía. Cuando la empresa construyó casas para sus empleados, el naciente hotel acogió a turistas extranjeros y nacionales.
En un inicio se llamó Hotel Tucán pero una visita a la comunidad huaorani, en ese entonces conocidos como aucas, hizo que Noboa rebautizara el lugar.
El Hotel El Auca ocupaba una cuadra en el centro del Coca. En sus inicios, el sitio contaba con tres pabellones de madera de seis habitaciones cada uno y un baño general. “Hace 25 años se hizo la primera remodelación. Se construyeron cabañas de una y de dos plantas”, detalla Álex Noboa, hijo del propietario.
El alojamiento actualmente se divide en tres edificaciones. La primera es el edificio principal, que da a la avenida Napo (centro del Coca). Tiene cinco pisos, tres de los cuales se destinan para 30 habitaciones. Los dos restantes albergan un gimnasio y una sala de reuniones. El siguiente piso tiene una sala de eventos, con capacidad para 100 personas.
En la parte posterior de la edificación principal, están las cabañas. En el fondo se encuentra otra construcción de cinco pisos, donde están las otras 30 habitaciones. El hotel cuenta con 80 en total.
La decoración recuerda a la selva amazónica. Las paredes de la entrada principal muestran la llegada de Francisco de Orellana y su encuentro con los nativos. Pero es el restaurante el que más se engalana con elementos selváticos.
Los pasamanos están decorados con raíces de manglar; mientras que las columnas de hormigón con troncos de árboles de la zona. Junto a la recepción del restaurante hay un mural que alude al ecosistema de Orellana.
Un buen equipamiento
El hotel tiene capacidad para 140 personas. Cuenta con un restaurante, una heladería-cafetería, parqueadero privado, gimnasio, salas de conferencia.
Las habitaciones se dividen en minisuites y convencionales. Estas se encuentran en el edificio principal y tienen baño privado, una pequeña sala, escritorio…