Chiripiorca rinde tributo a ‘Chespirito’

Comedor a dos colores.Las sillas de madera oscura están forradas con telas verdes y rojas, como las franjas de la bandera de México. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

Brillantes corazones rojos con la letra ‘CH’ en amarillo iluminan el restaurante Chiripiorca, ubicado en el Centro Comercial La Piazza, en el km 1 vía Guayaquil-Samborondón. Del techo café cuelgan las originales luminarias que traen a la mente al ‘Chapulín Colorado’, uno de los personajes interpretados por el comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños ‘Chespirito’.
En los 300 m² del local, el visitante viaja por la vida artística del actor. El ‘Chómpiras’ y el ‘Chavo del Ocho’ son otros de los personajes que aparecen plasmados en las paredes de Chiripiorca. El 15 de junio pasado abrió sus puertas al público, siendo el primero en la ciudad que apuesta por una decoración de pantalla chica.
María Hidalgo, propietaria del restaurante, contó que el concepto decorativo se basó en las series mexicanas porque han estado vigentes los últimos 30 años. “Evoca recuerdos en todos los que vivimos esa época y que ahora las volvemos a ver”, expresó.
Desde fuera, llama la atención las paredes de vidrio de su área exterior. Los paneles transparentes dejan ver, desde el parqueadero de la Piazza, un mural en honor a la vecindad del Chavo. En colores opacos, plasmaron el patio común donde transcurre la mayoría de la trama. La escalera que lleva al hogar de Jaimito el cartero y la puerta de la casa de doña Florinda se ven en la ilustración.
Con relieve destacan unos maceteros ubicados bajo las ventanas pintadas. De ellos salen unas flores de colores. Pero el objeto más pronunciado es el barril del Chavo. Pintado con distintos tonos de café, da la ilusión de que en cualquier momento el niño pecoso de ocho años se asomará diciendo “¡eso, eso, eso!”.
Para el mobiliario utilizó madera café oscura. En ese sector, las sillas tenían espaldares largos. Estaban forradas con tela gamuzada. Había mesas para cuatro y seis personas. Los soportes de las mesas eran de metal. Destacaban por su color rojo mate.
Regados por los distintos ambientes del restaurante, cuelgan adornos de papel con formas de estrellas y flores. Amarillo, rosado, verde, rojo, turquesa y morado son los tonos de los arreglos.
En el área interior hay una pared dedicada al Chapulín Colorado (foto) y otra en tributo al personaje de la vecindad del Chavo, don Ramón. En color negro, se divisa el rostro del papá de la Chilindrina. “No te doy otra nomás”, “Yo no pago la renta” y “¡Si serás!... ¡Si serás!”, son algunas de las frases que sacaron del guión de la serie y las llevaron a la pared.
En las otras paredes están ubicados pequeños recuadros con fotografías, en su mayoría, a blanco y negro. Fotogramas de ‘Chespirito’ vestido como los personajes del ‘Doctor Chapatín’, ‘Chavo’ y ‘Chapulín’ aparecen en las imágenes.
En la planta alta de Chiripiorca, hay un amplio balcón. De ahí cae una tolda con rayas blancas, rojas y verdes; como los tonos de la bandera de México. Hidalgo contó que la decoración va a juego con la oferta gastronómica del lugar: comida típica mexicana. Los precios de los platos oscilan entre USD 4 y 12,99.
Además de su gastronomía, los visitantes aprovechan las paredes del restaurante para tomarse fotografías. Chiripiorca tienen una capacidad de 180 personas. Al salir, el cliente se lleva la ilusión de haber cenado con alguno de los personajes de ‘Chespirito’.
Otros detalles
En la planta baja destacan platos de cerámica, en colores tierra, ubicados sobre una de las paredes. En grupos de doce, le dan un toque tradicional al lugar.
Al terminar de subir las escaleras, el visitante observa espejos con marcos dorados sobre la pared. Junto a ellos hay pequeños adornos en forma de mariposas y casitas de colores.
Paneles de tonos fosforescentes decoran la planta alta de Chiripiorca. Destacan porque hacen las veces de luminarias.