Las alícuotas, que cada uno de los propietarios o arrendatarios aportan cada mes, proveen los recursos económicos necesarios para mantener el buen funcionamiento de un condominio o conjunto habitacional.
El artículo 5 de la Ley de Propiedad Horizontal establece que cada propietario deberá contribuir a las expensas necesarias para la administración, conservación y reparación de los bienes comunes, así como al pago de la prima de seguro, en proporción al valor de su piso, departamento o local.
Estos recursos son administrados por la asamblea de copropietarios, quienes eligen a su administrador con el 75% de los votos.
Los vecinos del conjunto Colinas de Amagasí han confiado esa responsabilidad a Rosa Elena Unda. Durante seis años seguidos ella ha sido reelecta en el cargo de administradora. El pasado martes, Unda recibió a un arquitecto que inspeccionaba el estado de la fachada, que lucía deteriorada.
También le explicó que la puerta de acceso peatonal estaba trabada. Ambos discutieron las alternativas para las reparaciones. El costo será cubierto con el dinero de las alícuotas.
En Colinas de Amagasí habitan 78 familias. Cada condómino paga una cuota mensual de USD 52. Ese valor se fijó en una asamblea general, según un informe de gastos anuales más el 5% para gastos emergentes. Los USD 4 056 ingresan a una cuenta común y son invertidos en el pago de la guardianía privada, jardinería, conserjería, mantenimiento de ascensores, planta eléctrica, cisterna y áreas comunales.
Unda dedica toda la mañana a las tareas de la administración. En la tarde se ocupa en los quehaceres domésticos. Tiene conocimientos básicos en contabilidad que le permiten llevar sin problemas los movimientos económicos de la cuenta común.
Para la administradora, uno de los principales problemas es el retraso en el pago de las alícuotas. Según el reglamento interno, se estableció como plazo para el depósito, los 10 primeros días de cada mes. Pero Unda asegura que ese plazo no siempre se cumple. Por eso, se fijó una multa de USD 10 en caso de mora.
En el Conjunto Hábitat 2001, en Amagasí de El Inca, se fijó una tasa de interés por cada mes de mora en el pago de las alícuotas. Este año, la administración está a cargo de Fausto Leiva.
Él explicó que, según el reglamento interno, cada uno de los propietarios debe rotar en la administración. El buen estado de las áreas verdes, la demarcación de las zonas de parqueo, la pintura de las áreas comunales, el pago de servicios básicos y la guardianía son cubiertos por las cuotas de USD 150 mensuales que paga cada uno de los 12 vecinos.
En el conjunto Carcelén, cada uno de los 10 condóminos paga USD 5 mensuales. Andrea Morales, tesorera del edificio, explicó que los USD 50 se invierten en el mantenimiento del césped, limpieza de los pasillos y el pago de luz del área comunal.
“Hace 25 años, la administración era más organizada. Incluso se colaboraba con los condominios contiguos”. Hoy, cada edificio, que está rodeado por cerramientos, maneja su propia administración. Hasta hace un año no se podía exigir el pago de las alícuotas porque no había un reglamento interno que norme esta obligación. Este año, los vecinos nombraron una directiva y el reglamento fue legalizado.