Los investigadores han identificado un nuevo mecanismo a través del cual partículas contaminantes muy pequeñas del aire pueden desencadenar el cáncer de pulmón en personas que nunca han fumado.
Esta posibilidad abre el camino a nuevos enfoques de prevención y desarrollo de terapias, según datos presentados en el Congreso ESMO 2022 del 9 al 13 de septiembre por científicos del Instituto Francis Crick y el University College London, financiados por Cancer Research UK, en Reino Unido.
Las partículas, que suelen encontrarse en los tubos de escape de los vehículos y en el humo de los combustibles fósiles, se asocian con el riesgo de cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPNM). Estas son responsables de más de 250 000 muertes por cáncer de pulmón al año en todo el mundo.
A mayor exposición mayor riesgo
“Las mismas partículas en el aire que se derivan de la combustión de los combustibles fósiles, exacerbando el cambio climático, están impactando directamente en la salud humana. Esto a través de un importante y previamente ignorado mecanismo causante de cáncer en las células pulmonares“. Así lo señaló Charles Swanton, jefe clínico del Instituto Francis Crick y del Cancer Research UK.
Agrega que “el riesgo de cáncer de pulmón derivado de la contaminación atmosférica es menor que el derivado del tabaquismo, pero no tenemos control sobre lo que respiramos“.
“En todo el mundo, hay más personas expuestas a niveles inseguros de contaminación atmosférica que a las sustancias químicas tóxicas del humo de los cigarrillos. Y estos nuevos datos vinculan la importancia de abordar la salud del clima con la mejora de la salud humana”, añade.
Los nuevos hallazgos se basan en la investigación en humanos y en laboratorio sobre las mutaciones en un gen llamado EGFR que se observan en aproximadamente la mitad de las personas con cáncer de pulmón que nunca han fumado.
Resultados del estudio
En un estudio realizado con casi medio millón de personas residentes en Inglaterra, Corea del Sur y Taiwán, la exposición a concentraciones crecientes de partículas en suspensión (PM) de 2,5 micrómetros (m) de diámetro se relaciona con un mayor riesgo de cáncer.
Swanton subraya la importancia de reducir la contaminación atmosférica para disminuir el riesgo de enfermedades pulmonares, incluido el cáncer.
“Hace tiempo que conocemos la relación entre la contaminación y el cáncer de pulmón, y ahora tenemos una posible explicación”, concluye.