El grupo África Mía usa todo tipo de vestuarios para sus presentaciones, como la ropa tradicional del campesino afro. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO.
Las faldas de las bailarinas se expanden al ritmo del baile del torbellino, danza tradicional afroesmeraldeña, que suena con el bombo y el cununo.
Los hombres van descalzos, con pantalones largos remangados, sombreros y un pañuelo en una de sus manos. Esa es la vestimenta que utilizan para representar su cultura. Las danzas tradicionales de Esmeraldas se bailan con atuendos hechos con telas estampadas con flores.
Guillermo Ayoví (Papá Roncón), uno de los referentes del folclor esmeraldeño, dice que esa ha sido la ropa que distinguió al afroesmeraldeño del campo, que bailaba marimba en las pampas, remolinaba su tabaco y tomaba guarapo.
El atuendo usado en la danza típica tiene su origen en la época colonial, cuando los españoles trajeron su cultura a América y a las poblaciones donde llevaron a los africanos, para realizar el trabajo fuerte en condición de esclavos.
Así, según Ayoví, el afro cambió el atuendo propio de sus tribus africanas para adaptarse a otro continente. Ahora esa vestimenta se ha convertido en el símbolo de su danza.
Las mujeres vistieron polleras anchas con encajes, blusas, enaguas, sombreros grandes y atavíos en la cabeza. Pantalón blanco -como señal de pureza-, camisas y sombreros, en el caso de los hombres, son la herencia de los colonizadores, explica el antropólogo Xavier Valencia.
El uso de esa indumentaria, incluso, para las labores del campo, pasó de generación en generación hasta convertirse en una herencia ancestral, al igual que la música y la danza originaria de África. Ambas se convirtieron en la marca que identifica a este pueblo.
La vestimenta se mantiene como una tradición con algunas innovaciones en cuanto a colores y detalles como bordados, vuelos grandes, decoraciones o los nuevos trajes que incluyen estampados con dibujos de instrumentos musicales como el bombo y la marimba.
Es común ver en las agrupaciones folclóricas de Esmeraldas vestidos de blanco y verde (colores de la bandera), que se combinan con el amarillo del sol o el azul del mar.
Santiago Mosquera, director de la agrupación Jolgorio Internacional, con 46 años dedicado a la danza y música afroesmeraldeña, cuenta que los trajes se han adaptado a las condiciones en las que se vive en el campo. Por esa razón hay danzas que involucran vestuarios con canastos de piquigua, machetes, y sombreros, que los afros aprendieron hacer tras sus relaciones con otros pueblos.
Pero desde 1990, el afroesmeraldeño quiso conocer más de la vestimenta original del pueblo africano. Por eso han realizado presentaciones y desfiles de moda con batanonas (vestido), kenya (gorros), yorubas, pañuelos y los collares que utilizaban los afros que llegaron en condición de esclavos.
Para Hugo Quiñónez, director de la agrupación Bambuco y Son, y del grupo de música y danza Ballet Folclórico Santa Cruz, se mejora la representación de las manifestaciones culturales, desde la vestimenta hasta la forma de danzar.
Una de las diseñadoras de ropa africana y para la danza afroesmeraldeña es Sonia España. Elabora gorros, batonas, turbantes y faldas, que ya se usan en las ceremonias y presentaciones del pueblo. Son túnicas cómodas de distintos colores como las usadas en el programa ‘Merienda de Negros’, hecho en la población de Borbón, norte de Esmeraldas.
En octubre pasado fueron presentados los diseños de la red Malaki Ma Kongo, de la que es parte Macengo Mabongolo de la República del Congo.