Reflexión y descanso
Una parte numerosa de los habitantes de nuestro país elige la Semana Santa para el recogimiento y el descanso.
La conmemoración religiosa marca en el calendario una de los sucesos de mayor trascendencia para quienes son creyentes y profesan la fe católica.
El ritual de la crucifixión, la muerte y la resurrección entraña el simbolismo del sacrificio y la entrega, y es base de la creencia cristiana en la vida eterna.
Los actos litúrgicos de Semana Santa, acompañados de la conmemoración del Vía Crucis en Roma, y procesiones como las de Sevilla, en España, son admiradas mundialmente por televisión.
En nuestro país, las grandes procesiones de Jesús del Gran Poder, en Quito, del Cristo del Consuelo, en Guayaquil, y las de otras ciudades y poblados, son actos multitudinarios de fe.
El feriado es una fecha donde el turismo suele fincar sus esperanzas para mover las economías locales.
Este invierno particularmente crudo puede limitar los desplazamientos o, en todo caso, obligar a tomar cuidados especiales al viajar por las carreteras. Hemos tenido una temporada de inundaciones y deslaves de singular crudeza. Varias provincias han sufrido los estragos del invierno, por lo cual no está demás extremar las precauciones.
Un bastión turístico importante está en las provincias de Manabí y Esmeraldas, que sufrieron hace un año y en meses recientes los embates de los sismos. La inyección del turismo es clave para su gente en esta Semana Santa.