La basura es uno de los grandes problemas de la humanidad en esta época. El crecimiento demográfico, la concentración en megaciudades, la industrialización a gran escala y los hábitos de consumo disparan las alarmas.
Cada vez se muestran más islas de desechos plásticos que navegan con las corrientes marinas. Inmensas masas de desechos que no son biodegradables, la peor deuda del ser humano con su propia especie y las demás que habitan el planeta.
Una estrategia de recolección limpia y ordenada de desechos sólidos es quizá la principal tarea de salud pública en el país y en cada ciudad.
Las consecuencias de su pésimo manejo ya las vivimos en Quito cuan-do las soluciones se retardan o la ineficiencia administrativa deja que todo colapse. Los correctivos llegan muchas veces demasiado tarde.
Varias empresas medianas y grandes tienen prácticas sanas. Tachos de colores para que las personas vayan separando los desechos y se fomente una cultura ambiental consciente. Desafortunadamente, no se hace una distinción ordenada de los desechos.
Este tema se puede superar con buena voluntad y criterios técnicos, pero hay que poner manos a la obra.
La basura satura los botaderos; los químicos y gases que genera la basura pueden permear al suelo y contaminar las aguas subterráneas si no hay un tratamiento técnico.
Está claro que la tecnología cuesta, pero cualquier dinero empleado en la calidad de vida de la gente es una inversión indispensable. El viernes último, este Diario publicó los problemas de 12 cantones serranos. Malos olores y un paisaje destruido son algunos de los problemas que terminan afectando la salud de la gente.
El Ministerio de Ambiente pide el cierre de varios botaderos a cielo abierto y antitécnicos. Pero no pararemos de producir basura y esos desechos deben ir a alguna parte.
Los municipios grandes pueden tener políticas públicas sobre la materia, pero el Gobierno está en la obligación de discutir y hacer aplicar los resguardos técnicos en manejo de la basura en cada jurisdicción del país. La salud y la vida así lo exigen.