No solo ahora, siempre, todo conflicto bélico atañe a todos en el planeta, de una u otra forma. Hoy, sin embargo, aquello es mucho más palpable dada la gran interconexión del mundo. Asà que nadie puede decir que la guerra que se está desatando entre las fuerzas ucranianas y las rusas es algo que no nos compete, o que es algo lejano. Pero asà como no estamos exentos de los efectos negativos de una conflagración, como la que ya se está viviendo en esa zona de Europa, tampoco lo estamos de propugnar de manera inequÃvoca, como sociedad y nación, la búsqueda de la paz, que no es solo para esa región sino para toda la humanidad.

Los coletazos de la guerra han llegado de manera directa al Ecuador. En Ucrania viven alrededor de 700 ecuatorianos, muchos de ellos estudiantes universitarios. Ellos y sus familias en el paÃs afrontan graves momentos de angustia e incertidumbre, pues los ataques están ocurriendo no en las zonas de frontera solamente, como se pensaba que iba a pasar en las primeras fases del conflicto, sino que desde un inicio han involucrado a sitios de la capital ucraniana, Kiev, donde muchos de los compatriotas residen.
El Gobierno ecuatoriano ha dicho que coordina, en especial con la Cruz Roja Internacional, para establecer un corredor humanitario que permita a los ecuatorianos que deseen abandonar Ucrania, bajo los necesarios protocolos de seguridad, que asà lo hagan. En tal acción no se debe descansar ni un minuto. El asunto debe considerarse como prioritario para el Estado.

Otro efecto del conflicto bélico es el alto precio del crudo en los mercados internacionales, que ya ha sobrepasado la barrera de los USD 100. Nadie puede alegrarse por eso, pues si bien mejoran las arcas fiscales, aquello es producto de un conflicto en el que hay ya muertos, heridos y desplazados. Además, un alto precio del crudo también implica un alto precio de sus derivados, con las consecuencias que eso significa para la economÃa de las personas aquà y en cualquier parte del planeta.
Por esas y por muchas otras consecuencias que una guerra trae, Ecuador debe ponerse en un solo bando: el de la paz.