Garra de Hierro es la adición más reciente al panteón de películas omitidas por la Academia. Enfatizando la criminal ausencia de Zac Efron en la categoría de mejor actor. El filme es también una nueva entrega en el peculiar género que en inglés llaman male weepies, que traducido de la mejor forma podría entenderse como películas que apelan a la sensibilidad masculina con resultados de naturaleza lagrimal.
Sean Durkin dirige esta historia basada en hechos reales. Y cuenta la historia de la familia Von Erich, insignia de la lucha libre en Estados Unidos, cuya tragedia se presta para esta narrativa shakespeariana que se desarrolla tanto dentro como fuera del ring.
Curiosamente, y contrario al estándar habitual, Durkin no optó por torcer la realidad en favor de explotar puntos dramáticos. En su lugar eligió suavizar la tragedia, principalmente por temor a que la audiencia lo tomara como un exagerado melodrama, y se inclina por buscar un punto medio entre lo trágico y lo poético.
La dualidad del mundo de la lucha libre
Durante la primera mitad, se conoce a la familia, la profunda conexión entre hermanos y vamos notando destellos de la problemática que terminaría plagando a la misma. La dualidad del mundo de la lucha libre, por un lado, la fama y los aires de rockstar, por el otro el constante sacrificio físico y el comprometer su calidad de vida porque el espectáculo debe continuar.
Y si aislamos la segunda mitad del filme, podría sentirse como una serie de tragedias convenientes, desdichas y muertes que cumplen con la supuesta maldición de la familia. Pero cada momento doloroso ha sido ganado por el extenso desarrollo inicial más las sublimes actuaciones del cast.
Harris Dickinson interpreta a David Von Erich. La carrera del joven actor continúa en ascenso y cada vez muestra más su capacidad increíble para perderse en sus personajes. Jeremy Allen White, que sigue en racha con su magistral trabajo en ‘El Oso’, aquí brilla con luz propia como Kerry Von Erich. No se puede olvidar a Lily James y Stanley Simons, la primera destaca y logra darle dimensión a un rol injustamente pequeño y el segundo logra capturar lo entrañable del más joven de los Von Erich.
Desde luego, Efron es el eje emocional. La calidad de su performance no solo es resultado de su transformación física, sino de su habilidad para exteriorizar su vulnerabilidad por encima de toda su musculatura. Su personaje, Kevin Von Erich, es un niño atrapado en el cuerpo de un superhombre, esculpido a mano por los ideales de su padre y tan entregado a dichos principios que carece de ambición propia.
Los conflictos en la familia
Es en esa relación entre padre e hijos donde se sueltan los golpes más fuertes de la película, mostrando la dictatorial postura de Fritz, Holt McCallany, ante sus hijos imponiendo preceptos y normas, no solo sobre su estilo de vida, también sobre sus expresiones, sus intereses, sus sueños. Y los jóvenes Von Erich han sido tan condicionados a esa realidad que sólo saben intentar complacer los imposibles estándares de su padre.
Todos estos son los ingredientes perfectos para un círculo de abuso en el que el amor paterno se convierte en una ilusión, en un concepto etéreo, completamente retorcido en favor de las obsesiones de un individuo que busca vivir sus fallidos sueños a través de los hijos que trajo al mundo. Y tal es la fijación con dicho objetivo que pareciese que Fritz está dispuesto a sacrificar a sus hijos, si eso significa conseguir la gloria que, él cree, alguna vez se le negó.
Por otro lado, Kevin, parece haber notado la necesidad de salir de ese círculo de abuso, pero carece de las herramientas emocionales que le permitirían hacerlo. En ocasiones optando por el escape a la confrontación o usando la mediación sin éxito. No es hasta que conoce a Pam (Lily James), que descubre lo que los ojos de su padre no le permitían ver.
Pero una maldición familiar, fuera de la superstición, puede ser sinónimo de un mal innombrable y las heridas no atendidas, llevan a las peores infecciones. Tras el suicidio de Kerry junto a su casa, y con su padre relativamente cerca, llega Kevin y decide romper ese círculo de abuso, usando la fuerza bruta que ha aprendido, procediendo a ahorcar a su padre y soltándolo antes de sumar una tragedia más a la familia.
Después de imaginar a sus hermanos reuniéndose en la otra vida, Kevin corta la relación con su padre. Y es que Kevin Von Erich no ha podido soñar un sueño propio, no ha podido llorar como quería, él fue convencido de que se había convertido en un hombre de verdad, pero como la gran mayoría de nosotros, Kevin solo aprende a ser un hombre de verdad, cuando aprende la cursi, pero todavía acertada verdad: los hombres también podemos llorar.
Más críticas:
‘Garra de hierro’ (The iron claw)
Director: Sean Durkin
Reparto: Zac Efron, Lily James, Harris Dickinson
Año: 2023
Plataforma: Amazon Prime Video
Calificación: Muy buena