Quienes acudimos los fines de semana al parque La Carolina, con la idea de disfrutar aire menos contaminado, evadir el ruido citadino, realizar práctica deportiva o simplemente tomar un descanso a la sombra de un árbol, nos vemos atropellados por una intensa actividad mercantil, completamente irrespetuosa, que toma el control del área central del parque, introduce camionetas de carga que circulan por los senderos peatonales y sembríos de césped, cierra la pista de caminata junto a la Cruz, instala sobre el prado grandes carpas con sus productos y a través de parlantes descomunales emite música y propaganda a su arbitrio, con volumen rompe tímpanos. ¿Hay alguna autoridad municipal que defina cuál mismo es la utilidad de este espacio público y actúe en consecuencia?