Ulises de la Cruz, exseleccionado de Ecuador. Foto: EL COMERCIO.
El campeón de la Copa Sudamericana (2009) y exmundialista con la Selección de Ecuador en Corea-Japón (2002) y Alemania (2006), Ulises de la Cruz, acepta un diálogo con EL COMERCIO para delinear las posibilidades de clasificación de la Tri al Mundial de Rusia 2018.
La Selección se encuentra en el sexto lugar de la tabla de posiciones de la eliminatoria sudamericana, con 20 puntos, fuera de la zona de clasificación. El jueves 31 de agosto del 2017, la Tricolor se enfrentará con Brasil, el puntero de la tabla con 33 puntos, en el estadio Arena de Porto Alegre, desde las 19:45.
De la Cruz, exlateral derecho de Liga de Quito, Cruzeiro (Brasil), Aston Villa (Inglaterra) compara a la Selección que clasificó por primera vez a un Mundial con el equipo de Gustavo Quinteros.
¿La Selección tiene opciones de ir al Mundial?
No es imposible, pero sí difícil. Faltan 12 puntos por jugar y hay rivales complicados. Cada vez se mezclan más jugadores y es más difícil armar un ‘11’. Se cedieron muchos puntos y jugar en el Atahualpa ya no garantiza triunfos. Además, hay partidos con rivales directos de nivel superior (Chile y Argentina). No digo que no se pueda sumar, pero el mal momento de ciertos jugadores ha afectado. El entrenador tiene que armar un rompecabezas.
¿Por qué el estadio Atahualpa dejó de ser un fortín?
La Selección ya no tiene jugadores de altitud, gente atlética que compita con mayor aceleración en el Atahualpa. No tiene esos jugadores que hacen sentir su juego al rival.
¿El esquema utilizado por Gustavo Quinteros ha sido apropiado?
Al inicio, los jugadores creyeron en el esquema, pero luego los rivales estudiaron el sistema. Y, a nivel de Selección, se juega distinto, de forma más prudente. Es distinto dirigir a una selección que a un club. En la Selección hay jugadores que vienen con desgaste y practican otros sistemas. En la Tri, con un sistema muy ofensivo y de presión alta, se necesitan jugadores adecuados.
¿La Tri debe utilizar otro esquema ante Brasil?
A Brasil no hay que temerle, pero sí respetarle. No lo digo por la historia del rival sino por el momento. Ellos están en gran nivel y nosotros tenemos necesidad de jugadores. Brasil ya está clasificado y tiene figuras. Si Ecuador empata, sería un punto de oro.
Antes, los legionarios también llegaban con poco tiempo, pero se conseguían triunfos…
Lo que pasa es que éramos jugadores de altitud. Recuerdo que fui al fútbol escocés en el 2001, cuando se jugaban eliminatorias, pero yo me sentía bien al jugar en el Atahualpa. La condición física de mis compañeros era muy buena y respondían a la altitud y a la presión de la Tri.
¿La presión pesaba más?
Pesaba más porque no se había conseguido nada. En 1999 y el 2000, la gente no se ponía la camiseta. En las tiendas de Marathon había más camisetas extranjeras. Después se encontró un equipo, un DT, hubo unión en el país y un fútbol que se proyectaba a mundiales. Esto, al parecer, relajó al fútbol ecuatoriano.
¿Se relajaron los jugadores ecuatorianos?
Sí. Se proyectaron con otros intereses, relacionados a los contratos, a los clubes… Ya no hubo esa lucha de dignidad, de respuesta a una sociedad y a una identidad. Los objetivos cambiaron.
¿Los objetivos cambiaron por la influencia del dinero en el fútbol?
La responsabilidad ha sido de todos: jugadores, dirigentes y periodistas. Antes, teníamos el mismo objetivo. Después, la prioridad ya no fue ir a mundiales. Hoy, los objetivos son individuales y me parece que el jugador lo asimiló de esa manera.
¿Por qué?
El fútbol es de amistad. Los jugadores y el DT deben tener humildad y un mismo objetivo. El fútbol no debe ser una competencia entre compañeros. Ahora, veo que no hay un líder que conozca, que desconecte esas pequeñas fallas para que el jugador responda en lo futbolístico. Si no hay alguien así, es difícil.
¿La falta de liderazgo es del DT o de los jugadores?
El liderazgo está conformado por columnas, que son el presidente, el DT y los jugadores. No se puede pedir que todos sean líderes, pero debe haberlos desde la presidencia. No podemos decir que Chiriboga y Villacís sean los mismos, pero sí se pueden ver sus diferencias.
¿Se pueden hacer cambios hasta noviembre?
Es muy tarde. Los cambios debieron empezar hace seis fechas. Ahora, hay que ganar a Brasil y a Chile de visita y de local habrá pruebas duras.
Entonces, ¿se debe iniciar un nuevo proceso?
Después que se acaben las eliminatorias vendrá un conflicto: la elección de un nuevo presidente de la FEF. Quien gane deberá tener la capacidad para elegir un entrenador. Ojalá no sea como ahora y digan que falta presupuesto. Ojalá se elija a alguien que venga a enseñar, que arme un proceso y cosas nuevas e interesantes.
Se deberían esperar los próximos dos resultados. Si se sigue con vida se debería sostenerlo; si no, se podría acelerar el proceso. Pero hay un problema: la rescisión del contrato. Las dos fechas marcarán una pauta.