La butaca Imola cumple la función de una poltrona para ambientes de alta gama. Foto: Pavel Calahorrano/ Construir.
Pese a que, tradicionalmente, la sala se caracteriza por tener un juego de muebles, por ser la zona social de la casa por excelencia, la tendencia decorativa apunta hacia un concepto más versátil respecto al mobiliario en esta área.
No todos los muebles que conforman la sala tienen que ser iguales. Hoy, la poltrona se toma este espacio para poner un toque de diferencia. Se trata de un sillón bajo y amplio, con respaldo acolchado, a veces con brazos y cojín sobre el asiento; que difiere de los otros muebles tanto en color como en diseño.
Aunque la sala es el lugar ideal para esta silla, también se puede colocar en otras zonas de la casa como en dormitorios y pasillos, indica Martha Rodríguez, decoradora de interiores. “Pero es en la sala donde la poltrona se convierte en un punto de atención y de equilibrio del ambiente”.
Los contrastes se pueden lograr con una poltrona de color turquesa, tono en tendencia. Foto: Pavel Calahorrano/ Construir.
María Fernanda Andrade, arquitecta interiorista de Andra Design, dice que las posibilidades decorativas de la poltrona son varias. En primer lugar, comenta, al colocar una poltrona se le da vida a un ambiente, ya que “con un punto focal en cualquier zona se logra dar color; con un solo detalle, por mínimo que este sea”.
Con esta postura coincide José Luis Rodríguez, interiorista. Él explica que la decoración contemporánea se basa en la vitalidad de los espacios, por lo que una poltrona cumpliría con esa función en la sala. “Estamos acostumbrados a ver juegos de sala con todos los muebles iguales, pero al omitir esta idea y poner un mueble en L y una silla de diferente diseño y que constraste en color cambiamos un espacio por completo”.
En los departamento actuales, cuyo espacio es reducido, el uso de la poltrona es bastante efectivo, acota Andrade. “En estos hogares pequeños no hay sitio para tantos muebles, así que hay que saber usar bien los recursos para utilizar el espacio de la mejor forma”.
La Veneto se puede elegir en función de los muebles ya que se encuentra en colores neutros y vivos. Foto: Pavel Calahorrano/ Construir.
Para estos casos, la profesional recomienda un sillón con tres sitios y una poltrona que contraste y le de vida a la sala. “Para lograr el contraste, no es muy complicado manejarse en cuanto a colores. Si los sillones son de un color neutro u oscuro como el blanco, el negro, el café o el beige, lo ideal será usar una poltrona de color fuerte como el turquesa o el anaranjado que están muy de moda. De la misma forma, si los muebles son de un color vivo habrá que equilibrar con una poltrona de color neutro”.
César Mendoza, arquitecto, dice que estas disposiciones interiores no pueden pasar por alto, por ejemplo, en el departamento de un joven soltero o una pareja joven, donde es indispensable crear un ambiente vivo, “pero sobre todo creativo, ya que un espacio siempre necesita identificar a quienes lo habitan”.