Los espacios exteriores están pensados para acoger vegetación. Fotos: cortesía Santiago Vaca y Andrés Pelusa.
De las necesidades que demandan una respuesta inmediata surgen las mejores ideas. Así sucede en todos los procesos creativos, incluida la arquitectura, donde se conjugan eficiencia, conciencia y optimización.
Un ejemplo de ello es Casa Naranja Limón, un proyecto de Daniel Moreno Flores y Santiago Vaca Jaramillo, que se concibió como un proyecto destinado a convertirse rápidamente en vivienda definitiva. Los propietarios buscaban una casa que les permita salir pronto del departamento de alquiler y, de tal forma, dejar de pagar cuotas mensuales, señala Daniel Moreno.
Este fue uno de los proyectos nacionales destacados en la reciente XXI Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito, en la que obtuvo una mención honorífica en la categoría Diseño arquitectónico.
El reto fue diseñar una vivienda económica de 65 m² en un mes y construirla en dos. Para ello se definieron estrategias contundentes de diseño como crear un sistema constructivo estructural que requiera poco tiempo de ejecución y abarque una gran área.
El sistema constructivo estructural requirió poco tiempo de ejecución. El resultado fue una casa de 65 m².
Inicialmente, los propietarios buscaban una casa de contenedores, sin embargo, requerían de espacios amplios. A estos había que recubrirlos y modificarlos, pero con eso se perdía el sentido de reutilización en el proyecto.
Por eso se ideó un sistema de cerchas de varilla corrugada que permita contener espacios y delimitar de forma concreta y virtualmente.
La cimentación se construyó con los sobrantes de las varillas a modo de pilotes. “La modulación de la casa está en función del material. Se utilizaron planchas industriales y se redujeron costos de ejecución”. Sin embargo, en un trabajo tan veloz, se dejó espacio para lo espontáneo.
En un proceso de maduración del proyecto se optó por utilizar piezas de madera de pino radiata para la estructura secundaria y los cierres de la casa que se colocan dentro de la estructura, para una sensación confortable en interiores.
Los espacios habitables se fragmentan como volúmenes para tener un mejor contacto con los exteriores y permitir el crecimiento vegetal entre los bloques. También se privan vistas por los distintos desplazamientos y, al ser una casa reducida, se planifica el posible crecimiento futuro.
Las diagonales de las cerchas que estructuran la casa definen sus formas.
Las diagonales de las cerchas y las de madera que estructuran la casa en lo transversal definen sus formas. El resultado es una vivienda acogedora que permite formularse nuevos retos arquitectónicos.
Daniel Moreno Flores explica que el nombre de la casa se debe a uno de los procesos más importantes: la aceleración intencional de oxidado de las varillas de construcción que se encuentran a la vista por toda la estructura de la casa.
Para conseguir este efecto se utilizó un preparado a base de limón, con el fin de que el material adquiera un tono naranja. Es por ese motivo que el nombre constituye una referencia poética de esta intervención.