Sí, leer de un columnista, y un columnista invitado, una aceptación al aborto provocado. Es más “que no hacerlo no alienta la moralidad, la justicia, ni las buenas costumbres y que de todas maneras no garantiza la vida del no nacido”. Esta es una de las aberraciones más perversas que he leído, viniendo del que la escribe, pues un aborto sea cual sea su decisión para hacerlo no deja de ser un asesinato infame efectuado por quien concibió a un niño, y que por supuesto no pidió venir al mundo.
Por una de las actividades de servicio social que hago, he comprobado que la madre que aborta no se olvida jamás del terrible hecho. Pasarán los años, tendrá otros hijos, pero no dejará de recordar a la criatura que concibió, que llevó en su vientre y decidió matarlo.
Que en otros países “más civilizados” se practica sin pena ni castigo este hecho, no tiene que ver absolutamente nada con nosotros. No somos perfectos pero nuestro concepto de la moral, la espiritualidad, el acercamiento familiar, el sentido de la responsabilidad, es algo que llevamos adentro del corazón y la formación que hemos tenido. No estoy de acuerdo con el aborto.