Este valle que ve alzarse en su centro un monte inusitado, El Ilaló, tiene una temperatura templada y una altitud que alcanza a los 2400 msnm. Por estas características y por ser apropiado para la agricultura ha sido preferido por numerosas familias para construir sus viviendas y tener sus fincas campestres. Está también lleno de escuelas e institutos educacionales prestigiosos.
Pero los que vinieron a este valle buscando la tranquilidad, y huyendo del tráfago de Quito, ven hoy con tristeza y frustración, que constructores, causantes del caos arquitectónico del Quito nuevo, vienen estropeando el paisaje con sus construcciones estándar y muchas de mal gusto, sin la personalidad que debería tener un barrio suburbano de un viejo centro urbano, Patrimonio de la humanidad.
Conocidos empresarios y comerciantes están comprando el monte sagrado Ilaló y construyendo sus mansiones en él, sus humildes habitantes venden sus propiedades a estos magnates. El Ilaló es un cerro que debemos cuidarlo y conservarlo. Debe pertenecer a todos. Bien haría el Municipio de Quito en intervenir en esta situación, poner orden en este caos y salvarlo de la depredación.