A los indígenas se les ha dado todo gusto, incluso de tener su propia justicia, un despropósito del sistema político ecuatoriano concedido graciosamente a este grupo minoritario, ¿y a cuenta de qué? De que han sido marginados y explotados. ¿Y la mayoría de ecuatorianos que han sufrido injusticias atroces por decenas de años? La llamada justicia indígena ha servido para cometer arbitrariedades, abusos contra los derechos humanos, y, además, como si las comunidades indígenas fueran un Estado dentro del Estado Nacional. Esto no puede ser. En un Estado de Derecho todos los ciudadanos estamos sujetos bajo las mismas leyes; aquí no debe haber ciudadanos de primera ni de segunda, como ocurre con esta concesión a los indígenas. Hay que reformar la Constitución eliminando ese privilegio.
También por oposición de los indígenas se dejó de celebrar el 12 de octubre, en referencia al descubrimiento de América, el argumento de que los indígenas habían sido explotados y casi exterminados por los conquistadores españoles, en gran medida falso. Lo que casi acaba con los indígenas no fueron las armas de la corona sino las epidemias, como ahora el coronavirus, que en ese entonces trajeron los conquistadores. Tampoco que el 12 de octubre se celebrara como el encuentro de dos culturas. Y no contentos con eso, ahora quieren acabar con los monumentos relacionados con ese hecho histórico, como ocurrió este 12 de octubre que el dirigente indígena Leonidas Iza, acompañado de un pequeño grupo, intentó derribar el monumento de Isabel la Católica.