A través de las sabatinas presidenciales, nos enteramos que, en San Antonio de Pichincha, se está construyendo una millonaria y soberbia edificación: “La mejor de Sudamérica”, a decir del mismo Presidente, que servirá como Sede temporal de Unasur. Esto a muchos nos ha tomado por sorpresa; pues, un país tercermundista en vías de desarrollo y con incontables e imperiosas necesidades, no puede darse esos lujos y, menos aún despilfarrar, de una manera inconsulta, arbitraria y alegre, los dineros del pueblo.
Sabemos también que se han construido y se siguen construyendo unos muy contados inmuebles denominados, ostentosamente, “Escuelas del milenio”… ¿Por qué entonces no destinar esos recursos a la propagación de estas importantes obras; si la falta de cupos para los estudiantes es notoria y, según tenemos entendido, uno de los principales objetivos de este Gobierno es mejorar la calidad de la educación? A nuestro pobre y pequeño país le hacen falta tantas y tantas cosas, que resulta inaudito pensar en seguir construyendo más “elefantes blancos” que serán aprovechados muy esporádicamente; tal y como viene ocurriendo con el Centro Cívico “Ciudad Alfaro”.