Cuando una sociedad está en rumbo errático; difícilmente puede encontrar su destino. Ignoramos o, nos interesa ignorar, el camino, el procedimiento y la manera de articularnos para avanzar hacia nosotros mismos. Obnubilados con nieblas falaces, hechizados con “cantos de sirenas” posmodernas, somos “carne de cañón” de inhumanos propósitos materialistas y tecnocráticos que se ocultan arteramente tras ese engañoso motivo del “desarrollo”, que de ninguna manera sirve para sacarnos de la ignorancia acerca del verdadero sentido de la vida.
Mientras en Cangahua los rústicos pobladores duermen sobre el suelo llano y en la Costa, prácticamente a la intemperie. Las ciudades “desarrolladas” del país se atestan de 4×4 y de engañosos prodigios electrónicos, amén de seres codiciosos sin discernimiento que apuntan a la más supina ignorancia del sentido de la vida y hacen cada vez más cruel la existencia, tanto para la mayoría que nada tiene, como para los pocos que creen que poseyendo, se van a liberar de ese sufrimiento.