Mejorar la calidad de la democracia

Más allá de los resultados de las urnas, se espera por cierto que haya transparencia y gane quien haya obtenido más votos, hoy, como no hubo hace cuatro años, el mensaje de haberse reunido el día viernes pasado por parte de los dos candidatos Guillermo Lasso y Yaku Pérez es un respiro ante tantas tensiones vividas en los últimos 14 años y durante la campaña electoral.

Todo nos indica que el sistema que ‘padecemos’ es absurdo. No puede haber 16 candidatos y 280 partidos. Hay que reformar la ley y hacer desaparecer a los mini partidos que succionan los recursos del erario nacional en campañas para darse a conocer o hacer una gira de popularidad por las pantallas de televisión a nuestra costa.

Que los candidatos que obtuvieron un respaldo pobre devuelvan la plata de campaña a las arcas fiscales.

Los partidos con menos del cinco por ciento de votos deben desaparecer. Que los partidos afilien a sus simpatizantes con números de cédula y tecnología de punta, así se evita firmas falsas. Un ciudadano no podría estar en dos partidos y la segunda afiliación anularía la anterior. Millones de firmas y apenas unos miles de votos es una incoherencia que no tiene precio. O, mejor, si lo tiene, y lo pagamos los ingenuos ciudadanos.