Hay quienes dicen que en el fútbol nada está escrito. Por un lado esto es cierto, pero lo que siempre se puede escribir en un partido es la pasión, el compromiso, las ganas y la garra. No importa si se gana o no el encuentro, al final lo que cuenta es darlo todo por esa camiseta que sólo unos pocos tienen el honor de llevarla.
Es realmente desconcertante ver a la selección jugar un partido como lo hizo contra Perú. Una imagen se quedó grabada en mi mente, y es cuando el Kitu reclama a un compañero el quedarse parado y no reaccionar para recibir su pase. Ya son dos partidos seguidos donde se ve a un Ecuador sin juego colectivo y sin ideas. Paradójicamente está sucediendo algo muy parecido a lo que pasó en la época del DT Quinteros, cuando, después de un inicio perfecto, todo se fue al piso. Y es que los ecuatorianos cometemos dos errores siempre que la selección juega bien.
Endiosamos a los jugadores, y pensamos que con un par de victorias prácticamente somos invencibles. Ojalá y esta Copa América no sea un desastre como la anterior, porque después de los dos últimos partidos la única lectura que nos queda es que hay mucho, muchísimo que mejorar.