La columna de opinión de Federico Chiriboga, 16 de octubre 2018, contiene varias aseveraciones falsas, que desinforman a los lectores de EL COMERCIO:
“El conocido “hacker”, imputado por la justicia Sueca y del Reino Unido, recibió asilo del Estado Ecuatoriano…” El Canciller de “Yo el Supremo” miró de lado la Convención de la Habana, según la cual no es lícito dar asilo a “personas acusadas o condenadas por delitos comunes” Falso. Assange no ha sido ni acusado, ni condenado, por ningún “delito”, por ningún juez, ni sueco, ni inglés. En eso precisamente radica su asilo político y las resoluciones de la ONU que, en dos ocasiones, ha calificado su situación como una detención arbitraria. El articulista dice que Assange ha realizado “actividades de “hacker… al servicio de Rusia… interviniendo en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos… apoyando a los independentistas catalanes…” Escrutar a los candidatos presidenciales dentro de una elección ¿es intervenir en una elección?; si la información es cierta, el público elector tiene el derecho de conocerla y la prensa, a su vez, el deber ético de publicarla. Julián Assange jamás se ha pronunciado ni a favor, ni en contra, de la independencia catalana. Si lo ha hecho en favor del derecho de cualquier pueblo a decidir democráticamente su independencia, además de denunciar abusos de derechos humanos contra la población que pacíficamente opta por ese derecho. No es cierto que un asilado político no pueda ejercer su derecho a la libertad de expresión u opinión; ningún tratado así lo prohíbe, además que, tratándose de un derecho fundamental, tiene supremacía sobre cualquier tratado. La nacionalidad ecuatoriana es un derecho que le asiste al asilado, después de 5 años, según la normativa actual y vigente en el Ecuador.