Desfile canino en los recintos
La fiesta democrática que convocó a los ciudadanos ecuatorianos a elegir prefectos, alcaldes, consejeros y otros, tuvo varios matices dignos de mencionarse, por ejemplo, ciudadanos de la tercera edad que no tienen obligación de hacerlo, acudieron juiciosos a cumplir con el deber cívico.
Dependiendo del recinto, quienes plastificaban el flamante documento que evidenciaba el sufragio, pusieron los precios que les vino en gana, en unos sitios la plastificada valía 0,20 ctvs. y en otros era de 0,50 ctvs.
Desde luego que no faltaron las cosas finas, un delicioso hornado muy bien asoleado, el menudo con morcilla, los refrescos, helados y demás. La Policía haciendo su labor creo, eficientemente. Pero lo que más llamó la atención, es una cantidad impresionante de sufragantes con sus mascotas, de diversas razas y tamaños.
Un evento democrático de estos quilates no puede ser empañado por un hecho de esta naturaleza, los animalitos no salieron a pasearse, salieron a no sé qué. Si ellos pudieran hablar de seguro se quejarían y demandarían a sus dueños otro trato. Lo expresado ,desde ningún punto de vista quiere decir desprecio a los animalitos, por el contrario, gran parte de mi vida he vivido rodeado de mascotas, perritos, gatitos, periquitos y hasta conejitos, pero nunca los lleve a un recito electoral; conmino al CNE, que para las próximas contiendas electorales, se prohíba la presencia de mascotas y se dé al evento democrático el valor que se merece.
A propósito de animales, debo expresar mi conformidad de que el país de a poco se vaya deshaciendo de las ratas, lo cual no quiere decir deshacerse de los otros animalitos, solamente que cada cual debe estar donde le corresponde, ratas en la cárcel.