Después de los resultados obtenidos en las elecciones seccionales, se ha observado verdaderas sorpresas, que dejan pensar en que el grupo del expresidente Correa aún posee cierta influencia, que, es lógico, demorará algún tiempo en desaparecer.
Ya sonaran voces que dirán que Correa es un perseguido político, lo cual solo es la demagogia a la que nos tenía acostumbrado este ciudadano. Lo cierto es que el señor debe rendir cuenta ante la justicia, junto a su grupo.
Lamentablemente la justicia ha sido lenta e incapaz de juzgar a los corruptos, solo se ha quedado en la etapa de investigaciones. Esperemos que con el transcurso del tiempo se llegue a la verdad y se pueda juzgar y castigar a los culpables del gran atraco al país. Ecuatorianos debemos estar atentos a las actividades que realizan las autoridades electas y que pertenecen al nefasto grupo correísta.