Frente a la crisis nacional por intoxicación como consecuencia del consumo de licor adulterado, no se aprecia una acción estatal contundente, la llamada “inteligencia militar” e “inteligencia policial” son para proteger a la ciudadanía (históricamente utilizados para reprimir y callar al pueblo); ahora es cuando se necesita su acción efectiva; parece imposible seguir la ruta desde los consumidores, pasando por la venta e intermediarios, para llegar a los centros de elaboración y fabricación en el país del licor adulterado, talvez ingresa desde países vecinos también , para lo cual hay que coordinar con las instancias respectivas. Por supuesto las campañas cívicas, de educación, información y comunicación permanentes no pueden faltar.