El vivir en sociedad es un tema complicado, la conexión vivencial es entre seres humanos, quienes tienen diferentes aspiraciones, expectativas, sentimientos, pensamientos; de ahí que, esta convivencia es muy difícil. Uno de los escenarios de convivencia es en el sector – barrio en el que vives, donde te conectas diariamente con personas que demuestran diferentes comportamientos y que se hacen más difíciles controlarlos cuando esos procederes en algunos casos culturales no ensamblan.
Dentro de este aspecto vivencial, debo referirme a quienes coincidimos en conjuntos habitacionales y que recibimos servicios de: conserjería; guardianía; mantenimiento; luz, agua y teléfono; entre otros, y tenemos la obligación de cubrir esos servicios; sin embargo, en los conjuntos habitacionales el pago de esas expensas (alícuotas), son un problema embarazoso difícil de solucionar, ya que hay vecinos que no cubren esa obligación, otros vivarachos porque consideran que no lo deben hacer y unos pocos porque tal vez no lo pueden hacer. Lo cierto es que este problema crece día a día y los saldos en rojo van creciendo, lo que finalmente va a dar como resultado que ya no se cuente con los servicios básicos mencionados y entonces el colapso seria total, el desorden imperaría y los avispados de siempre acostumbrados a vivir a costilla de otros estarían en su hábitat natural.
Frente a esta realidad lacerante, exhorto a las autoridades involucradas en el tema; esto es: el ente responsable de la aplicación de la Ley de Propiedad Horizontal y al Municipio capitalino a que den solución inmediata al problema.