De Assange al Bolillo
Numerosos ecuatorianos estamos cansados y hasta avergonzados de los desplantes del asilado Julian Assange, quien disfruta de la protección y hospitalidad del Ecuador, quien no está conforme con estos beneficios otorgados y reclama, agravia y hasta demanda a sus benefactores; pero ahora, siguiendo su profesión, denigra y colabora para desestabilizar al gobierno que lo acoge. Por eso estamos sorprendidos por esta actitud y sobretodo, por la permisividad del Gobierno, que no adopta una decisión definitiva, concluyendo ese impropio y hasta ilegal albergue seudo político, que ha traído disgustos con varios países amigos y socios económicos importantes.
Adicionalmente resulta sorprendente las desfachateces, posiciones altisonantes, declaraciones sarcásticas y burlas al país del “famoso” bolillo Gómez, que funge nuevamente de entrenador o director técnico de la selección nacional de fútbol, quien insiste en que en ese deporte estamos en etapa de aprendizaje; y a voz en cuello, declina y desecha su responsabilidad en una competencia destacada como es la Copa América. Su contrato, lo entendemos así, es para conducir al elenco nacional a triunfos, a éxitos, siguiendo un cronograma de trabajo (entrenamiento), para las competencias durante el período establecido; indudablemente, no solo para la clasificación al mundial. Si ha sido contratado con exclusiones, debe aclararse y sancionarse a quien lo haya hecho.