Cartas al Director / 10 de marzo del 2023
¡Ni perdón ni olvido!
Causa excesivo desasosiego la aberrante realidad que se vive en nuestro país, y que la política en manos de impresentables se haya degenerado al extremo de fomentar, con sus desafueros, la delincuencia más sanguinaria y mortífera de la historia reciente. Cómo llegó a ser posible que en la Asamblea, se engendren todos los males que envenenan, desde hace más o menos dos décadas, la convivencia nacional, con la confabulación de una mayoría que, obnubilada y entontecida por el efímero poder y el abultado dinero que nunca antes había visto, ignore deliberadamente estar al descubierto ante el escrutinio público, que la repudia por su cinismo e irracional proceder al traicionar y menospreciar el derecho que corresponde a todos los ecuatorianos, a vivir en paz y libertad, trabajando para lograr un futuro mejor.
No permitamos que estos facinerosos echen por la borda todo el esfuerzo y trabajo de muchas generaciones que hemos bregado intensamente para construir y preservar este hermoso hogar llamado Ecuador, heredad inalienable de nuestros antepasados, a la cual defenderemos por todos los medios del embate de los traidores que pretenden terminar de entregarlo en manos de la delincuencia organizada y del narco terrorismo, condenando el presente y porvenir de toda la comunidad ecuatoriana.
Demostremos públicamente en calles y plazas, el repudio a estos delincuentes, y colguemos simbólicamente en su pecho, un cartel que los declare para siempre: personas no gratas, por traición a la patria.
Leonardo Cueva Piedra
Pandemia y estado de nutrición del yodo
COVID, Ecuador 2020: 520 mil casos, 72 mil “muertes en exceso”. La peste saturó hospitales, rompió la economía, destruyó vidas, socavó la sociedad. A más de desnudar un Sistema Nacional de Salud endeble que, confrontado a la catástrofe, no pudo con las necesidades y programas de otras situaciones sensibles: la de control de yodación adecuada de la sal y la de investigación de los marcadores epidemiológicos del estado de nutrición del yodo. Los indicadores de estos procesos son, al momento, insuficientes y prepandémicos. De otra realidad. Urge que el Estado, a través del Ministerio de Salud reactive ¡ya! estos procesos. Que este año se cumpla con el óptimo control de la yodación de la sal y se planifiquen y ejecuten estudios en muestras nacionales de la yoduria en escolares y embarazadas, entre otros. Y además, y de ser el caso, se tomen las medidas que aseguren el aporte adecuado de yodo. De no hacerlo habrá que esperar el retorno de imágenes ya exiliadas de bocios y “cotos”, de deficientes mentales y de “opas”.
Víctor Pacheco