La Carita de Dios
Hermoso el llamarte “Carita de Dios”. Pero ese nombre ha quedado enterrado bajo el lodazal que trajo consigo la quebrada del Tejado. Tus días de gloria se han opacado con la delincuencia, el olvido y falta de cariño de tus Quiteños, sin dejar de lado los políticos que se pelean por tener su puesto, pero culpan a otros en vez de proponer soluciones.
Tus calles llenas de personas que tratan de ganarse la vida se ven opacadas por los huecos que muestran tu descuido. Las carreras de buses demuestran lo poco que tiene el quiteño para admirar tus montañas, ¿qué te han hecho Quito?
Hemos olvidado tu brillo, el amor a la ciudad y en especial lo orgulloso que era ser Quiteño.
Joselyne Chaguamate
Todo esfuerzo solidario por el IESS
Que el Consejo Directivo del IESS considere subir a 70 años el límite de edad para la jubilación de sus afiliados (y que puede ser opcional), así fuere un “globo de ensayo”, ha generado profundo rechazo y deja en claro la falta de sensibilidad del Gobierno actual, al haber confiado la responsabilidad de solucionar el déficit financiero a personas que desconocen la realidad en la que se debaten diariamente los afiliados. ¿Quién en su sano juicio esperaría llegar a los 70 años para recibir su jubilación, pudiendo recibirla antes?
Al respecto, existe ya una alternativa que fue elaborada en el gobierno anterior (y no por ello debe desecharse): un proyecto de ley y sus insumos para ejecutar una reforma que dé sostenibilidad al Fondo de Pensiones del IESS, cuya autoría se debe una comisión de especialistas de primer orden, liderada por el economista Augusto de la Torre, ex gerente del Banco Central, experto del Banco Mundial, entre otras importantes funciones.
Es urgente establecer que el directorio del IESS, sea integrado por profesionales que conozcan la problemática -no improvisados ni politiqueros-, comprometidos con el presente y futuro de esta noble institución, como son los doctores Marco Proaño Maya y Henry Llanes, entre otros, quienes sí valoran y defienden los beneficios del afiliado, en los términos que fueron concebidos.
Es necesario tener presente que fue la nómina de nuevos afiliados que fueron “metidos demagógicamente por la ventana” en tiempo del correato, la que contribuyó en mayor medida a desfinanciar al IESS; y, que hay una cartera no recuperada, cuyos deudores principales son el Estado y el empresariado ecuatoriano.
Queda pendiente una tarea urgente para el próximo gobierno: dar solución al problema de cientos de miles de afiliados al IESS que actualmente se encuentran en la desocupación, que por haber cumplido 40 años de edad, han sido excluidos del mercado laboral y, sin embargo, deben seguir aportando y sobrevivir junto a sus familias. Este grupo humano constituye un voto importante en las próximas elecciones presidenciales.
Leonardo Cueva Piedra