Aunque este gobierno no es santo de mi devoción, creo que muchos estarán de acuerdo conmigo en que el plan de jubilaciones y compra de renuncias en el sector público es un acierto. Coincido plenamente en este recambio generacional de empleados públicos por una burocracia joven, dinámica y altamente capacitada.
Nadie en la vejez debería aferrarse a su cargo como garrapata, especialmente si vamos a salir con una jugosa indemnización que la podemos aprovechar como un capital base para una pequeña microempresa.
Si bien es cierto esto puede obedecer a una política populista clientelar de parte del Gobierno, no es menos cierto que es urgente la colocación de miles de jóvenes que se encuentran desempleados.
Desistamos de querer seguir mamando del papá Estado.
Demos un paso al costado y demos oportunidad a los jóvenes.