Curiosos agravan congestiones durante siniestros viales

Cinco siniestros se produjeron la mañana de este viernes 19 de noviembre del 2021 en diferentes puntos de la Simón Bolívar. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Cinco siniestros se produjeron la mañana de este viernes 19 de noviembre del 2021 en diferentes puntos de la Simón Bolívar, una avenida de aproximadamente 58 kilómetros de longitud y que soporta el flujo de miles de carros al día.

El más grave ocurrió a las 06:30. Tres carros colisionaron de forma simultánea más abajo de la curva de la Universidad Internacional y dos personas resultaron heridas. Según el agente de tránsito Luis Chicaiza, el conductor de una camioneta D-Max blanca, que circulaba en sentido norte - sur, perdió pista en una curva y se impactó de frente contra un Toyota Corolla que se movilizaba en dirección contraria (sur-norte). Finalmente se chocó un Chevrolet Sail que iba en la misma ruta.

Otros incidentes se produjeron en los sectores de La Argelia, Santa Rosa, Guápulo y el Triángulo de Piedra, lo cual ocasionó una fuerte congestión desde la Universidad Internacional hasta el intercambiador que conecta a la Simón Bolívar con la avenida Gonzalo Pérez Bustamante (sur).

El embotellamiento se registró en sentido sur - norte de la avenida debido a que los agentes de tránsito montaron operativos para gestionar la movilidad y la llegada de ambulancias con paramédicos que atendieron a los heridos. También por las plataformas que llevaron a los automotores a los patios de retención. A esto se suma que abrieron varios contraflujos.

En dirección contraria también hubo congestión por los curiosos que redujeron la velocidad para mirar los siniestros. Algunos incluso tomaron fotografías y grabaron videos con sus teléfonos celulares, por lo que la movilidad se tornó lenta en sentido norte - sur. En promedio, cada automotor demoró más de una hora en circular por esa zona. 

Para Luis Venegas, excoordinador de la Simón Bolívar de la Agencia Metropolitana de Tránsito, los curiosos son un problema recurrente. "A veces, la gente se descuida de conducir por quedarse mirando y se producen otros siniestros. Recuerdo que, en una ocasión, una mujer paró para curiosear y un motociclista se impactó contra la parte posterior de su automóvil".

La situación se complica cuando los agentes les piden a los choferes que no deben detenerse o reducir la velocidad, pero estos se comportan de forma agresiva; les dicen que están en su derecho de mirar lo que ha pasado. "Hay personas que emiten criterios sin saber, les gritan a los uniformados que son vagos y les reclaman por cerrar los carriles de circulación, pero no saben que para tomar un procedimiento se requiere bastante personal". Es decir, los efectivos deben montar los contraflujos, estar pendientes de que lleguen las ambulancias, dialogar con los heridos, comunicarse con los familiares, solicitar las grúas, etc.

Wilson Pavón, consultor en seguridad vial, sugiere que la única solución a la problemática es generar campañas de sensibilización entre la ciudadanía para que los ocupantes de los carros, en vez de curiosear un siniestro, prioricen ayudar a las víctimas o comunicarse con el ECU-911.

A su juicio, quienes se paran a grabar un incidente vial lo único que buscan es tener información para subirla a sus redes sociales, lo cual significa una completa falta de solidaridad. "Es morbo y un problema cultural".

Cristóbal Buendía es presidente del Observatorio de Movilidad de Quito. Asegura que no hay conciencia ciudadana sobre el peligro que representa quedarse viendo un siniestro. Considera que los choferes en general deben ser capacitados para que conozcan sobre los riesgos de esa práctica y conducir un vehículo. A su criterio, existe mucha violencia urbana y una muestra de aquello es que la gente abusa de la bocina mientras maneja un automóvil.

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