Lectura, organización, concentración, interacción. Estos son los hábitos que se debilitaron o perdieron con las clases virtuales instauradas por la pandemia. Esas deficiencias fueron notadas por los docentes en el retorno a las aulas del ciclo escolar anterior. Por eso ven una oportunidad para recuperarlos en el nuevo período.
La docente fiscal Marcela Herrera vio que, en sus estudiantes, el hábito de la lectura ha sido el más afectado. La cantidad de horas dedicadas a la tecnología es una de las razones, dice. “Fue como un distractor para ellos”.
En esa afectación coincide la maestra Ximena Duchicela. En sus alumnos de décimo año y de tercero de bachillerato de un plantel fiscal, además notó que les cuesta interactuar para trabajar en equipo.
Un nuevo reto
Por ello, la docente considera que al empezar este nuevo período escolar será necesario contar con un diagnóstico que permita identificar los ámbitos que son necesarios fortalecer entre los estudiantes. El trabajo en clase para eso, dice, será clave, ya que es más complicado que los padres de familia se ocupen de eso en casa. Entre sus acciones, la maestra planea aplicar ejercicios de autorregulación con la intención de mejorar los hábitos de estudio de sus alumnos. “Esto es necesario porque al estar en casa dependieron mucho de la ayuda de sus padres”.
Un problema internacional
En la región, el impacto de la pandemia en la educación fue fuerte y afectó a la escolarización, el aprendizaje y el desarrollo de capacidades. Así consta en el informe Dos años después, salvando a una generación, publicado este 2022 por el Banco Mundial, la Unicef y la Unesco.
Aunque el efecto total de la pandemia en la escolarización no está claro, las encuestas de hogares y los datos administrativos recopilados para el informe mostraron que los estudiantes de 6 a 14 años fueron los más afectados.
Retomar hábitos permitirá que los estudiantes tengan un nuevo año exitoso, señala Claudia Tobar, quien es directora del Instituto de Enseñanza y Aprendizaje (IDEA), de la Universidad San Francisco.
Después de la pandemia del covid-19 “hay muchas destrezas que se revolotearon”, dice. Por ello, indica que es importante que tanto en los hogares como los planteles educativos se enseñe a los chicos a pedir ayuda. “Ellos deben entender que estamos en un proceso de reorganización del espacio educativo”.
La psicopedagoga Cristina Tapia coincide con Tobar en la importancia de los hábitos de estudio para recuperar aprendizajes. Ambas dan sus recomendaciones para solventar estas limitantes:
Organización
Retomar los espacios y tiempos para el estudio es necesario para los chicos. En la pandemia se mezclaron las actividades escolares con el entorno familiar o social; las tareas y clases se realizaron en salas, comedores, cocinas y otros sitios, que no son los más indicados para el adecuado aprendizaje.
Priorización
En la escuela y en casa los estudiantes deben priorizar actividades, sobre todo si están abrumados y tienen muchas tareas por hacer. Lo recomendable es empezar por lo más importante, urgente o complicado y así se resolverán los pendientes más rápido, dando tiempo a los chicos para jugar.
Concentración
Durante las clases, los estudiantes deben mantener una escucha activa. De esa manera se evita volver a un tema ya tratado por falta de comprensión. Este hábito implica que los alumnos puedan hacer preguntas al docente, en el momento en el que surgen las dudas y no queden vacíos de aprendizaje.
En el aula
Tener recursos obtenidos en la clase, que sirvan a cada estudiante según sus métodos de aprendizaje, es una ventaja. Por ejemplo, los chicos pueden adelantar información sobre el tema que se vaya a tratar; tomar notas explicativas que dé el profesor y resaltar la información importante mientras se aborda.
En casa
Utilizar las anotaciones hechas en clase para repasarlas en casa aporta en el aprendizaje. Con ella, además, los chicos pueden realizar resúmenes, mapas conceptuales o ver videos referentes al tema para complementar la información. Deben anotar dudas para transmitirlas al docente al otro día.